Juan Carlos Rodríguez Ibarra no está siendo un mero espectador en la crisis abierta en el PSOE extremeño como consecuencia de la victoria de José Antonio Monago. El mismo día en el que el popular será finalmente investido presidente, el que por tantos años llevara las riendas de la región analiza en su periódico de cabecera, El País, el nuevo escenario político.
Sobre si se siente corresponsable de la decisión de Izquierda Unida, que se abstendrá permitiendo el alzamiento de Monago, Ibarra dice que "ya desde 1921 se produjo el gran divorcio entre socialistas y comunistas". Y luego "en 1993 surgió la pinza, un pacto entre Aznar y Anguita para echar a Felipe González".
"Hay cicatrices de la guerra Civil. Además, aquí en IU no manda nadie. Lo que hay es gente muy despechada, o con una idea intelectual de izquierda que no quiere comprometerse. Ya me hubiera gustado ser como Anguita, todo el día criticando sin tener que gobernar", espeta.
El Partido Popular de Monago tampoco se libra de las críticas: "En los pactos con el PP, (Guillermo Fernández) Vara creó un monstruo que le ganó las elecciones". Por ello, insta a su pupilo a que no se deje "enredar" por el nuevo presidente, que "va a querer pactar con él todos los días. Si hacemos política autónoma, puede darle la vuelta en cuatro años".
Rodríguez Ibarra también habla sobre política nacional, y lo hace para criticar a sus propios compañeros: "Zapatero tenía que haber dimitido en 2010. Habría quedado como Dios", asegura para, a renglón seguido, interpretar que "la gente tiene la sensación de que el presidente hace lo que haría Rajoy".
Por ello, la solución que ve Ibarra es que "la izquierda tiene que reinventarse. Rubalcaba tiene que conectar con el 15-M". Un Rubalcaba que, a su juicio, debería ser sin más demora secretario general habida cuenta de que "hay que aclarar que este no es un proyecto de corto placo para poner luego a otro líder".