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PSOE e IU cambian las reglas del juego electoral andaluz poco antes de las elecciones

Aprueban la incompatibilidad de los alcaldes con el escaño de diputado.

Se esperaba, y aún así parecía imposible creer, que dos fuerzas políticas consideradas democráticas fueran a cambiar las reglas del juego electoral andaluz meses antes de las elecciones. Más imposible parecía aún que fueran a perpetrarlo sin el consenso con el principal partido de la oposición y ganador de las pasadas elecciones municipales en Andalucía, el Partido Popular. Pero lo han hecho. Como en su día lo hizo el PSOE de Castilla la Mancha y con el único objetivo de mermar las posibilidades electorales del PP, además de quitarse de en medio a algunos adversarios reconocidos, PSOE e IU han eliminado a los más importantes alcaldes del PP de la escena electoral andaluza al aprobar ayer la incompatibilidad de sus cargos con el escaño de diputado en el Parlamento andaluz, con lo cual no podrán presentarse a las elecciones ni hacer campaña electoral con su imagen de por medio.

La decisión fue tomada por la mayoría absoluta del PSOE a la que sumaron los votos de IU, excepto uno. Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda y precisamente un objetivo político de esta reforma por su hostilidad a los pactos IU-PSOE. Gordillo rompió la disciplina de voto de IU y votó con el PP contra una reforma que evidentemente trata de que no esté en el Parlamento andaluz como alcalde de Marinaleda en la próxima legislatura. El Pleno fue tenso y desde las filas del PP se entonaron cánticos con el contenido "Alcaldes, sí, EREs no".

El PP, prevenido contra esta operación, quiso escenificar su oposición con una foto en los jardines del Parlamento donde Javier Arenas y los alcaldes condenados por esta decisión aparecían juntos. Nadie podía prever que la presidenta del Parlamento, la socialista Fuensanta Coves, se atreviera a impedir la foto, pero mandó a un funcionario a impedirla, cosa que no consiguió. El argumento de la presidenta para impedir la foto aún no se conoce.

Una vez más, la palabra de José Antonio Griñán queda en entredicho porque en el Pleno del pasado 9 de junio —como le recordó la portavoz del PP Esperanza Oña—, ante una petición del portavoz de IU, Diego Valderas, para cambiar la Ley Electoral, defendió que «las reglas de juego no deben alterarse nunca ni unilateralmente ni siquiera entre dos fuerzas políticas, si es posible por toda la Cámara». Claro que otros recordaron las palabras de Javier Arenas «una persona, un cargo», sin precisar que el presidente del PP hablaba del partido, no de las instituciones.

En el manifiesto redactado por los alcaldes del PP se dice: "Es la primera pinza contra el gobierno del cambio" y añade:  "Rechazamos que esta medida se tome en aras de la regeneración democrática, porque más bien abunda en lo contrario, la degeneración democrática. "Es una aberración pretender autoritariamente fijar nuevas reglas del juego cuando el partido toca a su fin".

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