Medidas coyunturales, inconexas e incoherentes. Aunque el Partido Popular no desvelará el sentido de su voto sobre el nuevo plan anti-crisis del Gobierno hasta el pleno extraordinario, que se celebra este martes, Soraya Sáenz de Santamaría ya avanza que su posición es "un tanto crítica" por no representar el plan global que necesita el país para salir del túnel de la recesión.
Cuarenta planes económicos, muchos de ellos reforma de la reforma, en cuarenta meses de legislatura, se quejan en el cuartel general de los populares, donde entienden que el último "parche" del Ejecutivo responde a su intención de mantenerse, aún en agonía, hasta que se celebren las elecciones nacionales, el próximo veinte de noviembre.
En este sentido, la portavoz del partido en el Congreso desmontó uno a uno los epígrafes del conglomerado de medidas para concluir que, lejos de traer la certidumbre que necesita España, provocará más "inseguridad" tanto a particulares como a empresas. Traducido: lo que menos necesitan nuestros mercados.
"Ni generarán crecimiento ni generarán empleo", resumió Sáenz de Santamaría, en rueda de prensa en Génova, para a renglón criticar que el Gobierno incluya en el "lote" medidas "neutras, sin efecto y negativas".
De lo que este martes se debate el Parlamento el PP destaca "los pagos fraccionados" de las grandes empresas, extremo que critican con firmeza. Y es que, según denunció Sáenz de Santamaría, "el Gobierno vive de prestado" y ahora "quiere gastarse el dinero de al menos nueve años". Pone, al fin y a la postre, en peligro el Presupuesto de los futuros Ejecutivos, y de ahí que den la voz de alarma.
La portavoz también avanzó que será Mariano Rajoy quien, en pleno, argumente el voto de los populares, partiendo de la base de esa "temporalidad" en la que enmarcan las medidas del Gobierno. Evidentemente, concluyen fuentes consultadas, el PP se opondrá o se abstendrá pero "nunca votará a favor".