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Bono, sobre Bildu: "Les he oído en grabaciones y no me fío de ellos"

                       

El presidente del Congreso alerta a los portavoces parlamentarios de que "habrá que gestionar una legislatura complicada" ante la previsible entrada de Bildu con grupo propio en el Congreso. Erkoreka del PNV habla de "entre tres y siete diputados".

Ensaladita de gambas, rodaballo y fruta. Es el menú de la comida que el presidente de las Cortes ofrecía hoy a los portavoces parlamentarios en el comedor privado de la cuarta planta del Congreso. Una despedida que se enmarca en una ronda de almuerzos que José Bono celebra desde hace un par de semanas con todos los trabajadores del Congreso. Por esos encuentros han pasado ya taquígrafos, letrados, trabajadores de la limpieza y, hoy, los portavoces de los grupos parlamentarios.

"Ha sido una delicia", ha comentado el propio Bono a los periodistas en el patio del Congreso, donde ha revelado su regalo de despedida: una bandeja de plata con las firmas de todos los portavoces de los grupos que, al parecer, han apoquinado 75 euros "por barba". A cambio, el presidente les ha obsequiado con unos "león de bronce en miniatura" y con amables palabras de recuerdo a cada uno de los miembros de la Junta de Portavoces, "especialmente a Durán, Erkoreka y Uxue", portavoces de CIU, PNV y Na-Bai, porque "son con los que tú pensabas que iba a estar menos pero he estado más", respondía Bono a Libertad Digital.

Durante el banquete, en el que según fuentes presenciales "Bono se ha oído a sí mismo" y "casi nadie ha abierto la boca", el castellano manchego les ha hablado de la próxima publicación de sus memorias. Un diario que el presidente ha ido elaborando desde 1992 escribiendo una hora cada día. "Serán dos tomos: uno del 92 al 96 y que empieza con mi enfado con Alfonso Guerra; y otro de mi etapa como ministro de Defensa". Dos tomos por los que Planeta, la editorial con la que firma, le ha abonado 860.000 euros, cifra que no tenía reparo en airear. Al parecer, según Bono, se baraja hacer una tercera entrega de su etapa más polémica, la de la presidencia del Congreso y que podría llevar el siguiente título: "Lo que no le conté a Lara".

"Nos hemos reído mucho", decía uno de los presentes durante la comida en referencia a la explicación que hacía Bono de sus memorias que "no ha leído, pero sí recordado". Pero también ha habido espacio para temas más serios y "más preocupantes". La tercera institución del Estado ha aprovechado la presencia de los miembros de la Junta para alertar de que "habrá que gestionar una legislatura complicada" por la previsible entrada de Bildu con grupo propio en la Cámara Baja. Una reflexión que ha estado acompañada por la apuesta de Josu Erkoreka, portavoz del PNV, que ha aventurado que Bildu obtendrá entre "tres y siete escaños", a los que los demás han respondido al unísono: "¡Alaaa!". Bono ha mostrado su "preocupación" y ha añadido: "les he oído en grabaciones y no me fío un pelo de Bildu".

También se despide de la prensa

Aunque ha prometido que también celebrará una comida de despedida con los cronistas parlamentarios, una vez disueltas las Cortes, José Bono ha aprovechado el patio del Congreso para desear a los periodistas: "que seáis felices" y, de paso, comentar el devenir de una legislatura "muy complicada" en la que "sólo ha faltado una moción de censura y una cuestión de confianza" porque "por lo demás, ha habido de todo", señalaba en referencia al decreto del estado de alarma, los planes de ajuste y la convocatoria de diputaciones permanentes "a gogó" y las acusaciones contra miembros del Gobierno y contra él mismo en las polémicas sobre su patrimonio, el Caso Faisán, Matsa, la operación cacería de Bemejo y Garzón y Mercasevilla. Aún así, ha asegurado que el Congreso ha servido "más como una cama que como unos pinchos" en el sentido de que "ha habido más tensión fuera entre los partidos que dentro en el hemiciclo", al contrario, a su juicio, que en la anterior legislatura.

En su conversación informal con la prensa, también ha hablado de su libro. Para recordar que concluirá la escritura el próximo 26 de octubre: "Lo estoy deseando"; y para añadir que también habla sobre el Rey Don Juan Carlos, a quien "le deja muy bien, como es, no como algunos dicen que es". Ha informado también a la prensa que va a ir a ver a su Majestad, pero "sin censura", sólo para enseñarle lo que cuenta que, a su juicio, "le va a gustar". A quienes no gustará es a "unos posibles enemigos" que podrían salirle a Bono a raíz de la publicación, por lo que no ha descartado "modificar algunos párrafos" porque no quiere "ser ácido con nadie".

Por último, ha hablado de su próxima etapa lejos de la política y anunciaba que vendrá asiduamente a la Cámara Baja: "No les digo yo que no venga a leer el periódico a la biblioteca, como hacía un antiguo diputado, y así les veo". Lo cierto es que entre las despedidas de unos y otros, Bono ha conseguido hacerle buena promoción a su libro en una Cámara Baja donde se respiran aires de cambios. Exactamente en una semana se disuelven las Cortes.

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