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El Rey augura un futuro de "bastantes" sacrificios para España

                              

                              

Zapatero, Bono, Rojo, Carlos Dívar, Pascual Sala. Las más altas instancias del Estado celebran este miércoles su almuerzo mensual en el Congreso de los Diputados. La novedad: la presencia del monarca a quien ha invitado el propio Bono.

A las 14:00 horas comenzaba el almuerzo “especial” que han mantenido las altas instancias del Estado en el Congreso de los Diputados. Un encuentro como el que celebran cada mes el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el del Congreso, José Bono; Senado, Javier Rojo; el del CGPJ y el Tribunal Supremo, Carlos Dívar y el del Tribunal Constitucional, Pascual Sala, y en el que el turno de anfitrión va rotando entre las diferentes sedes de los poderes del Estado. La novedad en esta ocasión: la presencia de su Majestad el Rey Don Juan Carlos. Según fuentes parlamentarias consultadas por este periódico, “a Bono le pareció buena idea invitar al Rey, se lo propuso y Don Juan Carlos accedió” a participar de forma inédita en el encuentro, que coincide con las múltiples comidas de despedida que, desde hace meses, celebra Bono y por las que han pasado portavoces parlamentarios, letrados, ujieres, secretarias y personal de limpieza y asistencia del Congreso.

 

A su entrada en el Congreso de los Diputados el monarca ha sido preguntado si prevé un futuro de grandes sacrificios para España. Respondía escuetamente: “sí, bastantes”. Y se marchaba junto a José Bono al despacho del presidente de las Cortes donde disfrutaron de un menú a base de “ensalada de bogavante con tomate y tartar de salmón, lomo de rodaballo con verduritas asadas y fruta preparada con sorbete de manzana verde”.

 

Dos horas y pico más tarde, a las 16:12, finalizaba un encuentro “cordial, agradable y muy interesantes”, según comentaban ante la prensa Zapatero y Bono. El presidente del Gobierno no quería valorar los “sacrificios” que auguraba el Rey para el futuro porque “siempre mantengo la característica de no comentar las intervenciones del Rey. No es mi papel como es lógico”. Pero Bono, siempre titular en boca, atendía amablemente a la prensa para desvelar que el lugar del encuentro no ha sido otro que el tan polémico 'confesionario', es decir, su propio despacho, en donde en los últimos meses han desfilado los manda más socialistas.

 

Recordando el revuelo generado en torno a su polémico despacho, ha evocado alguna de sus frases más célebres: “Hemos hablado de todos los asuntos que ustedes se imaginan. Y ha sido especialmente para mí muy, muy emotivo porque es la primera vez que en el despacho del presidente del Congreso se pone una mesa de comedor, que es allí donde hemos comido. Y no ha habido asunto de importancia que ustedes se imaginan del que no hayamos hablado”.

 

Bono no ha querido desvelar el contenido de esos temas tan “importantes” porque “es importante que no trascienda la transcripción de lo allí dicho”, tan sólo ha resaltado el “nivel de coincidencia alto en que por encima de todos y de todas las diferencias de los partidos está España y están las necesidades de los españoles. Si tuviera que resaltarles algo es que la coincidencia es general, con el Rey a la cabeza, en que lo verdaderamente importante más que las elecciones, más que los partidos y más que el Congreso es España”.

 

Eso sí, Bono no ha escatimado en chanzas sobre si los poderes del estado habían hecho como los socialistas y se habían confesado en el 'confesionario': “No, el confesionario es para los pecadores y en el día de hoy se rezaban los misterios gloriosos, no los dolorosos”.

 

Para finalizar, el monarca se ha fundido en un abrazo con José Bono y le ha dicho “la despedida tiene que ser en mi casa”. Así es que la siguiente confesión se producirá en el Palacio de la Zarzuela.

 

Adiós no, hasta siempre, quizá ¿no?

 

Ya por la mañana el todavía presidente del Congreso explicaba en los pasillos que la reunión no consistía en una despedida o, al menos, no en un adiós: “Es verdad que el Rey es la primera vez que se incorpora a estos almuerzos, pero no es para despedirnos en todo caso será un hasta luego en lo que a las relaciones personales se refiere. Ni el presidente del Gobierno va a ser diputado ni yo tampoco pero eso no significa que nos digamos adiós. No, nos diremos pues hasta siempre quizá, ¿no?”.

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