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¿Qué pasará con Gustavo de Arístegui tras el 20-N?

Quedó fuera de las listas del PP, pero en Génova se muestran convencidos de que Rajoy le buscará un hueco tras el 20-N. Apuestan por una embajada.

Gustavo de Arístegui fue consciente desde el principio de que peligraba su inclusión en las listas electorales. Tradicional cunero del Partido Popular -llamados así a candidatos de circunscripciones de las que no son originarios-, nunca cuajó su designación por Zamora, cuyos órganos dejaron claro que no querían que repitiese. La orden de Juan Vicente Herrara a este respecto fue tajante, y Génova no tuvo margen de maniobra.

Ciudad Real (de donde fue miembro de las listas en 2004) y Guipúzcoa (2000) se negaron a rescatar al prestigioso diplomático, amparados por sus respectivas direcciones regionales. En el País Vasco fueron especialmente críticos con esta operación: "No vino jamás por aquí y no íbamos a aceptar su imposición", desvelan.

La última baza que le quedaba Arístegui era la candidatura por Madrid; un hueco entre los veinte primeros de la lista, optando así a un escaño seguro. Portavoz de Asuntos Exteriores en el Congreso de los Diputados durante la última legislatura, Arístegui había movido sus hilos, pero necesitaba la ayuda del jefe.

Sin embargo, Mariano Rajoy optó por no forzar el asunto, y Arístegui se convirtió en la excepción que confirma la regla: amnistía general con todos aquellos que en algún momento pusieron en duda su liderazgo, salvo para él, que quedaba fuera.

Sus palabras en mayo de 2008 le valieron el calificativo de crítico: "Rajoy se está equivocando profundamente" en parte de "la gestión política", afirmó, considerando que la marcha de María San Gil no era "el buen camino". La reconciliación pública llegaría, no obstante, sólo meses después, cuando el ya líder refrendado por el Congreso de Valencia apadrinó su libro, Contra Occidente. La emergente alianza antisistema.

Además, Rajoy le mantenía en una cómoda posición en el Congreso, aunque con notoriedad compartida con Jorge Moragas, su jefe de gabinete, también especializado en la política exterior. Moragas ha sido, de hecho, uno de los más beneficiados en la confección de las listas.

Pese al portazo, fuentes de la cúpula popular aseguran que Rajoy "quería que Arístegui hubiera estado en las listas" pero que "todo se complicó" porque no le quisieron ni en Castilla y León ni tampoco en los otros lugares donde un día fue cunero. Lo único que no hizo el presidente popular fue "meterle por la fuerza en Madrid".

Pero, ¿es éste su fin político? En Génova niegan la mayor. De hecho, su papel casa a la perfección con el de embajador habida cuenta de que su bagaje diplomático nadie lo pone en duda: experto en la Unión Europea, África u Oriente Medio trabajó, por ejemplo, en las embajadas españolas en Libia y Jordania.

Además, podría formar parte de algún órgano interno. Actualmente es miembro de dos: el Comité Ejecutivo Nacional y la Junta Directiva. Si bien, admiten en el PP, sólo esto le sabría a poco. "La única prioridad es ganar las elecciones y yo estoy en la cola de los asuntos pendientes; soy un soldado disciplinado del partido y estaré donde Rajoy me diga", aseguró Arístegui, una vez vio que su nombre no configuraba en ninguna candidatura.

En declaraciones a EP, el aún miembro de la Comisión Permanente de la Cámara Baja se definió "triste" por la exclusión, pero a renglón seguido dejó claro que quiere seguir trabajando para el PP. "Deseo servir a España a las órdenes del futuro presidente del Gobierno", remachó. En la sede nacional del PP se muestran convencidos de que Rajoy el clemente finalmente le buscará un sitio con el que "quede contento".

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