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'rompe' el cinturón rojo madrileño

Rajoy vende una foto "con mucho futuro" frente a "la del pasado" del PSOE

Frente al "pasado" de Dos Hermanas, el "futuro" del PP en un Legánes consquitado: "Del mal llamado cinturón rojo no queda ni la hebilla". Aforo completo.

Frente al "pasado" de Dos Hermanas, el "futuro" del PP en un Legánes consquitado: "Del mal llamado cinturón rojo no queda ni la hebilla". Aforo completo.

Frente a los dinosaurios políticos de Dos Hermanas -donde el PSOE celebraba su primer gran mitin de la campaña-, los valores en alza del Partido Popular, la gran mayoría de ellos en la candidatura de la formación por la Comunidad de Madrid. De hecho, nadie hizo pellas en la cita de Leganés.

 

Los más que ministrables Soraya Sáenz de Santamaría, Alberto Ruiz Gallardón, Ana Mato y Miguel Arias Cañete -que conforman los puestos de salida de la lista- se sentaron en primera fila, y el jefe les hizo un guiño de esos que no se olvidan. “¿Quién da más?”, se preguntó Mariano Rajoy, tras enumerarlos uno a uno.

 

Pero su referencia más clara estaba aún por llegar: “Tienen mucho futuro político”, exclamó, introduciendo en el saco a las presidentas regionales Esperanza Aguirre y María Dolores de Cospedal. Casi de inmediato, la frase revolucionó los cuadros del partido mientras las redes sociales como Twitter empezaron a echar humo.

 

“Esta candidatura tiene experiencia, renovación, ilusión, competencia”, resumió el candidato popular, que habló de unas mujeres y hombres “buenos para España y para los españoles”.

 

Un macro-acto en el segundo día de campaña -nuevo punto para el PP en iniciativa política- que, además, tenía mucho de simbólico. Se celebró en Leganés, epicentro del tradicional cinturón rojo de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, “del mal llamado cinturón rojo ya no queda ni la hebilla”, aseguró el flamante alcalde del municipio, Jesús Gómez.

 

El aforo conseguido dio alas a esta teoría: más de seis mil simpatizantes y militantes arroparon a los populares en el pabellón Europa, y muchos no pudieron ni tan siquiera acceder. Un acto de fuerza “muy importante”, se encargó de recordar el equipo de Aguirre.

 

Una euforia a la que precisamente la presidenta de la comunidad quiso echar un jarro de agua fría. Hasta en dos ocasiones recordó que el partido aún no está ganado, que faltan quince días para las elecciones. Por ello recetó su ya mítico “pico y pala” y a no dormirse en los laureles. “Ni siquiera aquí en Madrid, digan lo que digan las encuestas. Tenemos que ganar con el mayor apoyo posible para poner en marcha nuestras reformas”, arguyó.

 

Mientras, Rajoy siguió fiel a su libro. Y mientras Aguirre habló de otros palos como la Justicia o el estado autonómico, el candidato a La Moncloa se centró en la economía, aunque tampoco dejó de lado su perfil más mitinero, que inició en la pegada de carteles atacando a los socialistas.

 

“Los españoles valemos mucho, España es un gran país, con una juventud como nunca, la que nos va a sacar de la crisis. Tenemos confianza en la sociedad española, porque la confianza española sí que vale”, sentenció un Rajoy venido arriba, y que recordó a los socialistas: “Estamos en el siglo XXI”, en clara alusión a la instantánea de Dos Hermanas.

 

“Que expliquen esta situación de vergüenza”, les inquirió, mientras una marea popular le jaleaba al grito de “oa, oa, oa, Mariano a la Moncloa”. “Esto no lo van a arreglar los que lo han desarreglado. Tampoco los que nos han traído hasta aquí. No es la solución quien ha traído el problema. Quedarse en la historia es el mejor procedimiento para no poder afrontar al futuro. Nosotros vamos a convocar a todos”, sentenció.

 

Rajoy, que defendió las políticas de ajuste de Aguirre -más del 80% de su presupuesto va destinado a políticas sociales-, volvió a apelar a la concordia, a remar todos juntos en la misma dirección, y dejó el pabellón Europa de Leganés como un auténtico héroe, aclamado por todos, cuyo única meta es sacar al país del atolladero.

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