A cinco días de las elecciones, Ana Mato hace un alto en la frenética y agotadora campaña y se sienta delante del ordenador. Lo hace para atender al único medio al que se dirige en estas quince jornadas de petición de voto. Su objetivo; intentar convencer a los lectores de Libertad Digital de que el veinte de noviembre tienen que apostar por Mariano Rajoy.
Directora de la campaña electoral, todo pasa por sus manos. En la extinta legislatura, ha sido la vicesecretaria de Organización del Partido Popular, y el líder la define como mujer de su total confianza. Tanto que ella es la encargada de dirigir el sprint final a La Moncloa, con toda la fontanería del partido a sus espaldas. Es "el corazón" de Génova, gusta decir a su equipo. "Tiene un gran futuro político", admitió Rajoy, enseñándole el Consejo de Ministros.
La cita electoral es decisiva, arranca Mato en su misiva. "La ilusión y la responsabilidad crecen ante la cita más importante que los españoles hemos tenido en los últimos años", expone, haciendo una doble fotografía; la que ofrecen al electorado PP y PSOE.
Frente a "la necesidad de cambio" de los populares, "nuestro adversario centra sus esfuerzos en meter miedo a la gente (incluso con vídeos que luego deben retirar), en criticar nuestro programa y a nuestro candidato". Un empeño "en pelear, en confrontar, en crispar" en contraposición a un Rajoy "decidido a sumar, a aunar voluntades y a poner todo el esfuerzo para salir juntos de esta crisis".
Ella es quien tiene esas contundentes encuestas que apuntan a la victoria, pero también la que da la orden de no bajar la guardia para evitar un efecto durmiente en el electorado. "No hay nada ganado. Quedan cinco días para que los ciudadanos decidan, con su voto, si quieren cambio o continuidad. Sin duda las encuestas son un aliciente, pero no son más que eso".
En su retrato de situación, deja espacio para el punto de inflexión que supuso el cara a cara entre los candidatos: "Vimos las cualidades del que puede ser futuro presidente Mariano Rajoy frente a la agresividad, la insidia y la mirada al pasado que caracterizó a Rubalcaba", afirma, haciendo balance del "Gobierno más nefasto de la democracia, debido a la debilidad de su presidente y a la incapacidad de sus ministros con Rubalcaba a la cabeza".
Su último mensaje viene en forma de no me resigno. "No vamos a resignarnos a tener cinco millones de parados. Hace falta un Gobierno fuerte y sólido, un gobierno que goce de un respaldo mayoritario para poder llevar a cabo las reformas que España necesita y que son básicas para la creación de empleo". Y de ahí que sacara fuerzas para llamar a una gran victoria electoral el próximo domingo.
"Todos los apoyos son necesarios", sentencia, no sin abrir un epígrafe para la esperanza: "Mirando al futuro con optimismo y con garantías de éxito". Tras dejar escrito #sumatealcambio, Ana Mato respiró hondo y volvió al trabajo. En esta campaña que hasta el propio Rajoy cree que sobra, aún se está jugando la segunda parte del partido.