El traspaso de poderes empezará "mañana mismo" y antes del día de Navidad habrá un nuevo Gobierno en España. Son los plazos con los que trabaja Mariano Rajoy, tras mantener una fructífera reunión telefónica con José Luis Rodríguez Zapatero a pocas horas de su aplastante mayoría absoluta en las urnas.
El próximo presidente de la Nación le transmitió a su antecesor que la transición debe demorarse lo menos posible, y de ahí que le requirió personalmente apurar los plazos legales para que, a la entrada de 2012, su Ejecutivo esté ya a pleno rendimiento.
Zapatero recogió el testigo del líder del PP, y le prometió un traspaso de poderes "modélico" y sin contratiempos, extremo que en los cuadros del partido se creen solamente a medias. Y es que, según arguyen, una cosa es que acaten que "se tienen que ir contra antes" y otra que "nos den toda la documentación o las cuentas reales".
El fantasma que más asusta en Génova 13 no es otro que "el pastel" que se puedan encontrar una vez aterricen en La Moncloa, a pesar de los controles oficiales. En la mente de muchos, la situación de drama económico en comunidades como Castilla-La Mancha o las Islas Baleares. De hecho, fuentes autorizadas dicen, casi en susurros, que "tal vez sean necesarias auditorías en determinadas áreas".
María Dolores de Cospedal no se metió, ni mucho menos, en ese charco. Más bien al contrario, se quedó con que la conversación fue "satisfactoria" y el presidente en funciones se definió "en disposición de colaborar y facilitar" el desembarco popular en las instituciones. "A eso nos atenemos y a eso nos pronunciamos", remató, no dejando la posibilidad a cualquier otra lectura.
Así las cosas, el calendario con el que trabaja Rajoy es el siguiente: trece de diciembre constitución de las Cámaras parlamentarias, el día veinte la investidura y el veintitrés la presentación en sociedad del nuevo Gobierno.
Reunión del Comité Ejecutivo Nacional
Lo que vino a hacer la secretaria general del PP, en una atestada comparecencia de prensa, fue reproducir lo que "el presidente Rajoy" dijo a puerta cerrada ante un también repleto Comité Ejecutivo Nacional, segundo órgano en importancia entre congresos, que se desarrolló a puerta cerrada.
En un ambiente de incertidumbre total sobre el futuro Gobierno, el presidente del PP señaló única y exclusivamente a una persona; a Soraya Sáenz de Santamaría, para nombrarle coordinadora de la transición. Será la interlocutora directa con el Ejecutivo saliente y liderará a los sub-coordinadores del partido -aún sin designar- que le ayuden a superar este trance democrático.
De igual forma, el PP llamó a acuerdos no oficiales con todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria con el objeto de ayudar a acelerar este periodo de vacío de poder, tan criticado por dirigentes como Esperanza Aguirre. Ahora bien, de esta ronda de contactos excluyó a Amaiur, por no encontrarse dentro de los márgenes de la Constitución. En hasta tres ocasiones se corroboró en estos términos Cospedal, que volvió a ejercer como la portavoz más autorizada de Rajoy.
Aznar emocionó al auditorio
Desde septiembre de 2003, José María Aznar no ocupaba su sillón en este órgano interno. Pero, en el día después, se presentó en la segunda planta de Génova, tras avisarlo correspondientemente al partido. La expectación fue como nunca antes vista a las puertas de la sede, para convertirse en emoción ya en salas interiores.
El expresidente pronunció una intervención "brillante", en voz de Rita Barberá. Según las fuentes consultadas, arrancó admitiendo que el de Rajoy es un resultado electoral "histórico", ya que superó en escaños al suyo en el año 2000. Y era algo que "llevaba mucho tiempo esperando".
Dicho lo cual, el mensaje de calado llegó cuando pidió al partido que siguieran al hoy presidente electo como se encomendaron a él en 1996, con una situación económica paupérrima y unos augurios de fuertes movilizaciones en la calle. Los cargos del partido rompieron entonces en aplausos.
No faltó nadie a la cita, como por otra parte era previsible. Y Rajoy aprovechó el encuentro para lanzar otro mensaje, importante en clave interna: el congreso nacional, retrasado por el 20-N, se celebrará los días 17,18 y 19 en Andalucía, coincidiendo prácticamente con la campaña electoral de la región, que celebra comicios en marzo.
El discurso de Rajoy
Por lo demás, Rajoy lanzó sus mensajes de cabecera en un día "importantísimo para el país", en opinión de sus más próximos. Prometió un mandato de "austeridad y reformas" sin alejarse en ningún momento del carro de la UE. "Un mandato para la unidad, para dialogar y no para crear división" en el que el máximo -su velada referencia a Amaiur- es "el que establece la Constitución".
Yendo al grano, y siempre en el capítulo económico, Rajoy se conjuró a decir siempre la verdad, habida cuenta de que -en voz de Cospedal, que hizo de traductora- "la sociedad española es lo suficientemente madura para que sepa absolutamente todo lo que está pasando".
La Unión Europea, la defensa de la solvencia de la marca España y los problemas de la deuda soberana fueron otras de las claves del discurso de Rajoy, que llamó a una estrategia cooperativa conjunta de la zona euro. Sobre la prima de riesgo, que sigue dando sustos, en el PP se quedaron con que el cambio político "ha gustado a los organismos institucionales".
De aquí hasta Noche Buena, la fecha límite para el traspaso, fuentes autorizadas aseguran que Rajoy hará mucho trabajo de despacho y se apartará de los focos. "El Gobierno de momento es el Gobierno", se encargó de reseñar Cospedal, que recordó a Zapatero que "en todas aquellas decisiones que se tengan que tomar por el interés general, contará con el apoyo" del presidente electo de España.