De momento, sólo hay un candidato aunque “todo apunta” a que Alfredo Pérez Rubalcaba se batirá en duelo congresual con Carmen Chacón. Lo dice su equipo, que achaca a una “maniobra política” de la catalana el anuncio de su candidatura. Maniobra que pretende “trasladar la imagen de que Rubalcaba está amañando el comité federal para ser candidato único” y cuyo fin último es disuadir al derrotado candidato a La Moncloa para que no se presente al 38º Congreso, a costa de presionarle con la candidatura de Chacón.
En resumen, proyectar la imagen de Rubalcaba como el hombre de la cúpula de Ferraz, de los barones y “del dedazo”, frente a ella que intentará, aseguran, erigirse en la candidata de las bases. Es en este sentido en el que el equipo de Alfredo Pérez Rubalcaba, que hoy se encerraba en su despacho de la cuarta planta de Ferraz, se declara “indignado” porque la maniobra política de Chacón se desarrolle, según denuncian, a través de “la Sexta, de nuevo convertida en órgano de propaganda de Chacón”. Una denuncia en la que no obvian el papel de su marido, Miguel Barroso, del que Rubalcaba prescindió por primera vez este año en la preparación de su debate televisivo con Rajoy.
Ahora la incógnita se centra en si Rubalcaba dará también un paso adelante. "Todavía no ha tomado la decisión”, insisten desde su equipo aunque también añaden que “todo apunta” a que sí presentará candidatura. Ahora bien, “no lo anunciaría el sábado” en el comité federal “porque quiere escuchar antes a los miembros de la ejecutiva”. En otras palabras, que está “a verlas venir”, como en las primarias del mes de junio, esperando hasta el último minuto y tejiendo sus alianzas.
Sin embargo, el derrotado candidato a La Moncloa no obvia que de cara al 38º Congreso no basta con el apoyo de la cúpula de Ferraz. Ha de contar con el apoyo de la militancia. Y de ahí que ande buscando guiños democráticos. Quien consiguió convencer a Zapatero en el mes de junio de que apartase a Chacón del camino a las primarias, ahora aboga por “la democracia de un congreso abierto y con varias candidaturas”. Es la única baza que le queda para no perfilarse como 'el del dedazo' y contrarestar el peso de futuras candidaturas jóvenes como la de Eduardo Madina quien, de momento, se descarta, o Emiliano García Page.
¿El modelo? El 35º Congreso
Lo que parece impensable de cara al 38º Congreso es que se repita el "cierre en falso" de las primarias de junio. La Ejecutiva también quiere "un congreso abierto" en el que “cuantos más candidatos concurran, mejor”. Fuentes de la Ejecutiva abogan por un congreso participativo que utiliza como modelo el 35º congreso celebrado en el 2000 y en el que José Luis Rodríguez Zapatero fue elegido por sorpresa secretario general, al ganarle por cinco votos de diferencia al 'favorito', José Bono. Un cónclave con cuatro candidaturas, entre ellas, dos mujeres, Rosa Díez y Matilde Fernández.
Es precisamente Zapatero, en calidad de actual secretario general, el árbitro de un proceso en el que ahora, a diferencia de las primarias, no está dispuesto a sucumbir a presiones despejando el camino a un solo candidato como cuando se frustró la operación-Chacón.
Apoyo de los barones
Hasta ahora Rubalcaba araña el apoyo de los principales barones territoriales y cargos del partido. Griñán, Patxi López, Marcelino Iglesias, Bono, Chaves... y son muchos los que consideran que sería una buena figura de transición hasta que dentro de "dos años" se abriese paso a figuras "prometedoras" como Patxi López, cuyos tiempos cuadrarían con este calendario, cuando, previsiblemente, abandonara el Gobierno vasco.
Uno de los pocos que no ha querido 'mojarse' en las quinielas ha sido el miembro de la Ejecutiva socialista, Ramón Jáuregui, ministro de la presidencia en funciones, que hoy ha evitado lanzar su envite ante el órdago que algunos lanzan a Rubalcaba: "Yo no juego al mus", sonreía aplazando la partida: "Ya hablaremos de eso cuando pase el Comité Federal.