Ha sido el dirigente popular que ha puesto voz a la postura del PP en temas tan espinosos como el tijeretazo o la reforma de las pensiones. Junto a otros diputados populares, como Álvaro Nadal y Fátima Báñez, también ha sido la cara del partido en el Congreso a la hora de explicar por qué el PP se abstenía ante algunas de las medidas del PSOE tras las críticas que el partido había dirigido a esas mismas políticas.
En recompensa a esta tarea y al perfil creciente que ha tenido que adoptar ante los medios por la gravedad de la crisis, Cristóbal Montoro será uno de los hombres clave en el nuevo Gobierno de Rajoy. Pero en su elección no sólo ha pesado su tarea en los tres años de la última legislatura. Su experiencia en el Gobierno, y en la gestión de situaciones similares a la actual, han sido claves en la decisión.
Nacido en Jaén en 1950, Montoro es doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid y antes de entrar en política se dedicó a la docencia. Su primer cargo, en los noventa, fue el de diputado y después, durante la primera legislatura de José María Aznar, se incorporó a la cúpula del partido.
Tras la llegada al poder tras trece años de Gobiernos socialistas y ante una situación económica calamitosa, Montoro recibió el cargo de secretario de Estado de Economía en el Ministerio que dirigía Rodrigo Rato. Su gestión fue premiada tras la mayoría absoluta lograda por Aznar con su nombramiento al frente del ministerio de Hacienda.
Con la derrota electoral de 2004, Montoro se incorporó a las listas del PP europeo para regresar, años después, al Congreso y a la cúpula del partido. Ahora, tendrá que enfrentarse a una situación económica peor que la afrontada en su primer paso por el Gobierno. De él dependerá, en buena parte, el éxito o el fracaso de la principal promesa de Rajoy tras ganar las elecciones: poner freno al déficit y cumplir con Europa.