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Fracasan los dos últimos intentos de Garzón para eludir el banquillo

Le acusaba de enemistad manifiesta por verter manifestaciones en su contra en presencia de otros magistrados del Supremo.

Le acusaba de enemistad manifiesta por verter manifestaciones en su contra en presencia de otros magistrados del Supremo.

El juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón –suspendido de sus funciones- lo ha intentado todo para evitar sentarse en el banquillo de los acusados del Tribunal Supremo el próximo martes por interceptar las escuchas del caso Gürtel.

Sin embargo, el magistrado estrella ha visto este miércoles como sus últimas dos maniobras judiciales tampoco llegaban a buen puerto después de que tanto el Tribunal Supremo como el Tribunal Constitucional rechazaran sus pretensiones de forma rotunda.

Por un lado, la Sala de lo Penal del TS ha notificado este miércoles un auto donde rechaza ad limine, es decir, de plano el intento de Baltasar Garzón de recusar al magistrado Luciano Varela alegando "enemistad manifiesta del juez" y "falta de imparcialidad" al haber sido el instructor de otra de las causas que tiene abiertas el juez; la de la Memoria Histórica. La Sala responde al juez estrella que dicha recusación "no puede ser valorada más que como un intento de entorpecer el normal desarrollo del proceso".

Las razones que expone el Supremo es que Garzón presentó la recusación de forma extemporánea, a pocos días de que arranque el juicio, cuando sabía desde el 25 de noviembre pasado la composición del tribunal que lo iba a juzgar.

Asimismo, la Sala de lo Penal destaca que el intento de apartar a Luciano Varela se rechaza de plano para evitar "perjudicar el normal desarrollo de la causa, provocando retrasos injustificados y afectando en general al derecho de las partes a un proceso sin dilaciones indebidas".

Po otro lado, el Tribunal Constitucional ha inadmitido este miércoles el recurso de amparo presentado por el juez Garzón solicitando que el magistrado del Supremo Manuel Marchena fuera apartado también de la Sala que debe juzgarle el próximo 17 de enero.

Las razones que alegaba el magistrado de la Audiencia Nacional no eran novedosas: "vulneración de su derecho a un proceso con todas las garantías y a ser juzgado por un "tribunal imparcial" antela "falta de imparcialidad objetiva" de Marchena.

En esta ocasión, el garante de la Constitución ha rehusado a admitir el amparo presentado por Baltasar Garzón al no haber concluido "el proceso abierto en la vía judicial".

Con estas dos decisiones es ya inevitable que Garzón se siente el próximo martes en el banquillo, acusado de haber cometido presuntamente dos delitos: uno de prevaricación y otro contra las garantías constitucionales al haber ordenado intervenir las conversaciones entre los principales en la trama Gürtel y sus abogados en prisión cuando era el instructor de dicho procedimiento judicial.

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