En una entrevista en Onda Cero, el juez Fernando Grande-Marlaska ha asegurado que a los presos de la banda terrorista ETA hay que exigirles "una desvinculación de la organización terrorista, que haya arrepentimiento, petición de perdón a las víctimas y la voluntad cierta de asumir las responsabilidades penales derivadas de la comisión de sus crímenes".
El hasta ahora juez Central de Instrucción número 3 ha especificado, según recoge Europa Press, que el principio de legalidad debe primar sobre "el de oportunidad" cuando se le ha preguntado sobre el final de la banda. "Un juez tiene que estar atado a la ley. Somos el poder judicial y nuestra competencia es dirimir circunstancias conforme a la Ley: no podemos superar estas competencias", ha advertido.
Grande-Marlaska se ha referido también a la suspensión impuesta a su compañero en la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. Así, ha asegurado que desde un punto de vista personal lamenta "por supuesto" su situación, "al igual que me hubiese pasado con cualquier otro compañero". "La sentencia del Supremo que le condena me merece el mayor de los respetos", ha agregado.
En relación a la causa iniciada por este magistrado contra el franquismo, Grande-Marlaska ha indicado que la reparación de los familiares de las víctimas y desaparecidos constituye "una deuda pendiente que tenemos en la democracia". En este sentido, ha defendido un desarrollo de la Ley de Memoria Histórica. "No creo que sea tan complicado", ha apuntado.
Contra la politización de la Justicia
Sobre la designación de vocales en el seno del Consejo General del Poder Judicial, el juez ha advertido que la politización de la justicia le "chirría". "Somos más de 4.000 jueces y juezas y somos algo más que eso", ha dicho.
Grande-Marlaska ha sugerido una fórmula de elección de los integrantes del órgano de gobierno de los jueces "un poco a la americana" y que contara con un "refrendo de los 20 seleccionados" por parte del Congreso de los Diputados
"Todos los elegidos tendrían que acudir a la comisión parlamentaria oportuna y allí ser sometidos a un interrogatorio absoluto en que se les pudiera hacer cualquier tipo de pregunta tanto profesional como personal, con luz y taquígrafos", ha explicado.