Los monarcas van a recibir el calor humano de los gaditanos en un día que pasará a la historia de la ciudad. Con las calles engalanadas y sus principales monumentos abiertos al público, Cádiz está celebrando su gran día en un ambiente de fiesta, aunque con el comentario generalizado de “qué mal está la cosa por culpa de la crisis”.
En este contexto empiezan a llegar todas las principales instituciones del Estado. De hecho, la Tacita de Plata era ya un fortín policial desde hace varios días. Organización confirmó las dificultades de montar un dispositivo de semejantes características “en una ciudad con sus limitaciones”. Todos los accesos están cortados, con decenas de personas que intentan acercarse a los principales puntos informativos.
La llegada de los Reyes es la más esperada de los ciudadanos. Su recorrido lleva horas tomado por los ciudadanos, muchos de ellos con banderas de España.
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