El último escaño que el PSOE ha logrado arrebatar al FAC plantea una situación compleja, con un empate a 22 diputados entre un bloque de centro – derecha formado por el partido de Álvarez Cascos y el PP y un bloque de izquierdas resultado de la suma de PSOE e IU.
Así, todo queda en manos del único diputado de UPyD que ha logrado ser elegido, su cabeza de lista Nacho Prendes. Pero, ¿qué ocurriría si ninguno de los dos bloques logra atraer el voto (dado el empate la abstención de Prendes no sería suficiente) de los de Rosa Díez?
Para verlo tenemos que remitirnos al artículo 32 del Estatuto de Autonomía de Asturias, en el que se define la forma en la que se elige al Presidente del Principado, que obviamente es elegido por la Junta General (la denominación particular del parlamento asturiano).
"La elección se hará – explica la norma – por mayoría absoluta de los miembros de la Junta en primera convocatoria, y por mayoría simple en las posteriores, debiendo mediar entre cada convocatoria, al menos, cuarenta y ocho horas".
Pero, en la situación actual podría no darse ni siquiera esa mayoría simple, ya que los votos favorables podrían ser los mismos que los negativos. La norma prevé que algo a sí pueda ocurrir: "Si transcurrido el plazo de dos meses a partir de la constitución de la Junta ningún candidato hubiera sido elegido, la Junta General electa quedará disuelta, procediéndose a la convocatoria de nuevas elecciones". Es decir, las fuerzas políticas asturianas tiene desde ahora poco más de dos meses para negociar.
Sería la tercera convocatoria en poco más de un año y en una única legislatura que quedaría realmente cuarteada, ya que como prevé la norma "el mandato de la nueva Junta durará, en todo caso, hasta la fecha en que debiera concluir el de la primera", es decir, acabaría el cuarto domingo de mayo de 2015.