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Griñán acusa a la UE de sostener deliberadamente el paro en Andalucía

El socialista afirma que las políticas equivocadas de la UE se han cobrado a Andalucía y al sur de Europa en general como víctimas.

El socialista afirma que las políticas equivocadas de la UE se han cobrado a Andalucía y al sur de Europa en general como víctimas.

José Antonio Griñán, en el discurso de investidura que pronunció en el Parlamento andaluz, decidió realizar un extenso análisis de la situación económica en Europa que sitúa a la Alemania de Merckel como "gran cosa mala" de la Unión y que hace de España y Andalucía, y en general del Sur de Europa, la víctima de políticas equivocadas.

En un tono profesoral, Griñán se atrevió a insinuar que la crisis que vivimos ha sido una "crisis deliberada" y que "es verdad que las autoridades europeas han decidido mantener al sur de Europa en un escenario de desempleo creciente, de reducción del aparato productivo y de recortes de las prestaciones sociales. Ya que no podemos devaluar la moneda, nos están exigiendo que devaluemos nuestra calidad de vida, nuestros salarios y nuestro gasto social".

Hay que recordar que España ha vivido un deterioro sin precedentes en la etapa de gobierno socialista, especialmente desde el comienzo de la crisis, y que Andalucía está a la cola del bienestar en España desde hace 30 años, los mismos que lleva gobernando el PSOE. Pero ambos factores no suscitaron ninguna reflexión en el candidato.

Griñán, que no hizo la menor autocrítica sobre las políticas del gobierno socialista desde 2007, ha acusado a Alemania especialmente de aplicar políticas equivocadas porque según él no están dando resultados. Y se preguntaba: "¿No es cierto acaso que, desde una pretendida disciplina monetaria, se ha obligado, se está obligando, a los países del sur de Europa a una política de recortes que, lejos de mejorar las cosas, nos ha llevado de nuevo a la recesión y a un mayor crecimiento del paro? ¿No es verdad que continuamos a merced de unos mercados financieros que actúan sin controles y que siguen sin regular?"

En un momento llegó a decir: "Por eso, déjenme que les pregunte si la libertad de comerciar con dinero ajeno, si la libertad sin reglas de los mercados puede llegar a convertirse en un derecho superior al derecho a la educación o al derecho a la protección de la salud", aludiendo a Helmut Schmidt que, "con 92 años y en silla de ruedas, levantó hace pocos meses a miles de socialdemócratas reunidos en su Congreso cuando les dijo que, por primera vez desde la fundación de la UE, la democracia está en peligro. Cuando propuso regular, de una vez por todas, los mercados financieros, separar unos bancos de otros y prohibir determinados negocios que se hacen convirtiendo al dinero en mercancía".

Griñán erigiéndose en exégeta de los fundamentos de la Unión Europea precisó que "en lo que llevamos de siglo hemos dado muchos pasos atrás en Europa. Hemos cometido errores y no ha sido el menor de ellos abandonar la Europa de los ciudadanos por un proyecto disgregador de Europa de las naciones. Porque no nos engañemos: una Europa de los ciudadanos parte de la igualdad de todos los europeos, mientras que una Europa de las naciones termina otorgando el poder a la más fuerte entre todas". Esto es, para Griñán lo fundamental es un "Estado Europeo" con más poder que las naciones y aprovechó el momento para realizar un ataque a Alemania: "Y esa es hoy Alemania cuyas reglas y conveniencia se han hecho leyes para todos. Un error que estamos pagando, fundamentalmente, los países mediterráneos que compartimos el euro". Poco después añadió: "Por eso, la política de ajuste promovida por Alemania es un error. No podemos propagar una extrema deflación porque sin crecimiento ningún país podrá sanear sus cuentas."

Pero no se trataba de Alemania en su conjunto. Griñán destacó poco después que se refería sobre todo a la "derecha alemana" y por eso explicó que "la política económica de la derecha alemana no debe presentarse como modelo y mucho menos como una imposición, sino como una posibilidad entre otras, que nos permite estudiar ese y muchos otros. Y la insolidaridad europea no es buena para nadie. Tampoco para Alemania. Sin la ayuda de otros países y sin la integración en Europa no habría sido posible el ascenso alemán en la posguerra. Una Europa alemana siempre fue un desastre. Una Alemania europea, un éxito".

Según el candidato del gobierno de coalición PSOE-IU, "las amenazas de los mercados y la falta de una respuesta europea terminan traduciéndose en copago sanitario, la reducción de derechos laborales, el deterioro de la escuela pública o el abandono de las personas dependientes. De ahí la necesidad de que fijemos posiciones comunes en la UE. Posiciones que, haciendo más Europa, fortalezcan el valor España para afrontar los ataques especulativos con decisión y sin fisuras".

Finalmente, Griñán discrepó de la política económica del gobierno Rajoy y anunció su confrontación con la misma: "Hoy toda la política económica parece centrada únicamente en contener el déficit público sin atender a los factores que lo están provocando. Pues bien, una política que solo atiende a contener el déficit público es inútil porque siempre termina llevándote al punto de partida. Recientemente un conocido economista ha hablado de crisis deliberada. Porque es verdad que las autoridades europeas han decidido mantener al sur de Europa en un escenario de desempleo creciente, de reducción del aparato productivo y de recortes de las prestaciones sociales. Ya que no podemos devaluar la moneda, nos están exigiendo que devaluemos nuestra calidad de vida, nuestros salarios y nuestro gasto social. Qué conseguiremos con todo esto. Porque nos estamos limitando a una política de recortes indiscriminada que, además de retroalimentarse a sí misma, no solucionará el problema y nos dejará con un país más descapitalizado y más incapaz de salir del atolladero".

Ya en tono profesoral, Griñán aludió a dos errores de libro que está cometiendo el gobierno Rajoy. "Uno, que actuamos solo sobre el gasto cuando el 80% del déficit es consecuencia de la caída de los ingresos. Hay que actuar sobre los ingresos y, cuando digo esto, no propongo, o al menos no propongo solo, aumentar la presión fiscal sino impulsar el crecimiento con políticas de estímulo económico. Algo que, aunque muy tarde, parece ya reconocer la UE e incluso aceptar la democracia cristiana alemana. Y el segundo error es actuar, como se está haciendo, sobre el gasto sin evaluar el impacto de esos recortes sobre la actividad económica. No se es consciente de que cualquier reducción del gasto público daña al sector privado. Pero mientras unos recortes hacen daño en el presente hay otros que lo que hacen es arruinar el futuro".

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