Tal vez no sea posible impedir la independencia pero nada nos obliga a estar en paz con unos traidores. La única forma de impedir la impunidad cuando el derecho ha sido hollado y dejado en el fango es la fuerza bruta. ¡O eso o la indignidad! El discurso oficial contra la extrema derecha en 30 años se ha basado en una interpretaciín discutible y manipulada del concepto de legitimidad. El Estado titular del monopolio de la violencia lo es porque ejerce la misión de hacer justicia. ¿Pero qué pasa cuando no es así? ¿Qué pasa cuando la estructura administrativa y armada del Estado se usa en contra de la sociedad y no de los enemigos de la sociedad? ¿tenemos derecho a defendernos? ¿Porqué el agresor tiene derechos que se le niegan a la víctima? O dicho de otro modo ¿Porqué esta hipócrita sociedad considera más atroz la muerte que produce un justiciero que la que suele producir un asesino? Como quién no distingue confunde debo decir que siento nauseas de ese Estado que algunos pomposamente llaman Estado de derecho. Porque si eso es el Estado de derecho, posiblemente la ley del oeste sea bastante más justa que el reconocimiento perverso de la acción asesina de de criminales con toga que pretenden dar lecciones de ética.
Un paso más para entregarles a todos estos asesinos, el País Vasco. Pienso que el camino que hoy les ha aclarado el TC y que a todas luces y a estas alturas ya no tiene retorno, ha sido el empujón para la independencia por la que tanto han asesinado y tanta, tanta sangre de inocentes se ha derramado. Siempre digo y pienso lo mismo, los casi 200 muertos y mil mutilados del 11 M y los mil muertos e incontables heridos de estos, nunca, nunca, quedaran impunes. Ellos tarde o temprano saldrán a la luz y de cualquier forma pagaran, seguro. Me gustaría, una vez que seamos expulsados de Vascongadas al obtener la independencia, ver la vida que llevaran, donde y como vivirán elementos como p.ej. Odón Elorza, Patxi López, y otros que les han trabajado el camino. Esto, como ocurrió con Viriato, el monstruo comunista no paga a traidores. Pregunten en Cuba a los que apoyaron a los barbudos, que pocos “agradecimientos” recibieron. Que lastima de pueblo.
Estamos consumando la rendición del Estado ante los asesinos.
¡¡¡¡Indignación es poco!!!!
La sentencia desagrada a todo buen epañol.