Con la huelga del 29-S cercana, la ineficacia de todas sus medidas y el más que previsible desahucio de Montilla de la Generalidad catalana, Zapatero vive sus horas más bajas. La tan traída y llevada remodelación de Gobierno se hace, sin embargo, esperar. Tanto, que ya son sus propios ministros, dice La Gaceta, los que huyen en desbandada.
Algunos de ellos se marchan de vuelta a su comunidad autónoma, como es el caso de Corbacho y su posible futuro liderazgo en el PSC una vez pierda Montilla. Otros hacia la empresa privada, como el caso de Cristina Garmendia, de Ciencia y Tecnología. Dice La Gaceta que el presidente ha llegado a decir a su círculo privado que no le gusta que "le hagan la crisis", pero lo cierto es que los movimientos internos dentro del partido han comenzado.
Beatriz Corredor podría también salir del Gobierno, al igual que Miguel Ángel Moratinos, caminito de Córdoba para aspiraar a la alcadía de la ciudad en las próximas elecciones de mayo. Sin embargo y en esta tesitura, la tantas veces anunciada salida de De la Vega parece que podría demorarse.
Es conocido también en caso de Trinidad Jiménez. La ministra de Sanidad ha sido colocada por Zapatero para disputar la comunidad a Tomás Gómez. Incluso en caso de ganar las primarias dice que seguirá al frente del ministerio, pero el presidente tendría que sacarla del Ejecutivo antes de final de año, a no ser que Gómez dé la sorpresa en las primarias.
El relevo de Jiménez podría venir de la mano de Bibiana Aído. A pesar de su polémica gestión en Igualdad, la ministra más joven de la democracia sigue escalando posiciones dentro del Gobierno. Su afinidad, recuerda La Gaceta, al clan de Alcalá de los Gazules, cuna felipista donde las haya, le hace ganar peso pese a su deteriorada imagen pública.
Las competencias de Igualdad las asumiría entonces una macrocartera que podría estar dirigida por Manuel Chaves, actual vicepresidente tercero. Este nuevo puesto aglutinaría competencias de Trabajo, Asuntos Sociales e Igualdad. Chaves sería el encargado, entonces, de lidiar contra el paro, como ya hizo con Felipe González. No obstante, el desarrollo judicial del escándalo Matsa, y por el que ha sido llamado a declarar por el TSJA, podría frenar esta opción. En ese caso, la cartera de Trabajo podría recaer en Octavio Granado, secretario de Estado para la Seguridad, o en Ramón Jáuregui.
Según La Gaceta, ninguna de estas hipótesis es ajena a José Blanco o Alfredo Pérez Rubalcaba. Los dos ministros aspiran juntos a pilotar el poszapaterismo. Y de la mano de ellos, Leire Pajín podría pasar al Gobierno mediante alguna cartera ministerial. Por otro lado, Elena Valenciano, de confianza de Rubalcaba, se haría cargo del puesto de Pajín como secretaria de organización en Ferraz.
La decisión está en manos de Zapatero y sólo de él, recuerda La Gaceta. En el último lavado de cara al Gobierno, el presidente apresuró la remodelación después de la filtración de nombres antes del Debate del Estado de la Nación. El "chivatazo" pudo haber venido de Blanco o Rubalcaba, dice el diario. Al parecer, a Zapatero sus propios ministros le han vuelto a "hacer la crisis".