Te gustaria mas que lo diera Hitler con txapela.
Mientras los nacionalistas se ataquen entre ellos los Españoles de Verdad ganamos.
¿El del discurso no nació en Roma y el otro en Venezuela?
¿El del discurso no ha apoyado via silencio el estatut?
Bueno, por querer que no quede (o por no querer). Yo querría no tener que ver a este impresentable por tv y de vez en cuando no me queda más remedio que tragármelo. Claro que a mi me queda la opción de cambiar de canal. Si no le gusta ver al Rey ¿porqué no apaga la tele y se deja de decir gilipolleces?
No apruebo la inacción del Borbón pero, lo de Anasagasti es de risa; cómo se le ve el plumero, bueno, plumero no exactamente: los pelos de la oreja tapando, a modo de ensaimada, su vasta calva, como su cerebro.
Si, siquiera, tuvieran principios estos del PNV se les podría discutir algo de alguna de sus posturas. Pero no. No tienen principios. Un Partido de cobardes, traidores, oportunistas y sinvergüenzas, no tiene principios. Nadie, sin faltar a la verdad, podrá rebatir ni uno solo de estos adjetivos. Solo tienen en sus filas a oportunistas sin escrúpulos que van a su aire -engañando a vascos bobos- y solo a lo que les conviene -a ellos personalmente- en cada momento. Este energúmeno, Anasagasti, es un claro ejemplar de esta sub-raza. ¡Deleznable imbécil!
Éste tendría que cambiar de imagen. Se podría comprar un bisoñé, dejando ver la "cola de caballo" por la parte trasera. Así, cuando se lo quitara, podría recurrir a su propia memoria histórica. Eres un "sabino" aranano malo.
¿Por qué no se vuelve a Venezuela y no vuelve?
A mi no me gusta la cara del Sr. Anasagasti, ni sus ideas, ni su falta de respeto al Jefe del Estado, pero me aguanto cuando lo veo en Televisión o, simplemente, cambio de canal. A estos Sres. del PNV no le gusta que le nombren Obispos, ni que se meta en la carcel a los asesinos de ETA, ni que se emita por ETB la felicitación del Jefe del Estado, pero por dinero son capaces de votar a favor la nueva ley del aborto.
Pues si el Rey no aporta nada, entonces no tienes de qué preocuparte, Anasagasti.