En un comunicado remitido a los medios de comunicación, el alcalde de Calvià, Carlos Delgado, lamentó este jueves la cobardía del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien ha enviado a diferentes mandos de la Guardia Civil a pedir al ayuntamiento la cesión de unas oficinas en el Intercambiador Central de Transportes, en Palmanova, para trasladar las dependencias que están ubicadas en la calle Na Boira de Palmanova, donde tuvo lugar el atentado que el pasado 30 de julio costó la vida a dos guardias civiles.
"El ministro elude su obligación de dotar a los agentes con los medios e instalaciones adecuados y deja que sea la Guardia Civil la que solicite al Consistorio el favor de cederles nuevas instalaciones, aprovechándose de la magnífica reputación de la que gozan y la excelente relación que mantienen con el Ayuntamiento de Calvià", aseguró.
Carlos Delgado criticó que tras el atentado que sacudió al municipio, Rubalcaba "continúe con la lamentable actitud que ya demostró con su actuación en Calvià, pretendiendo hacerse fotos con familiares de las víctimas en unos momentos tan difíciles, y no sea capaz de enviar a solicitar la cesión de nuevas dependencias municipales a algún cargo político".
El alcalde le recordó al ministro que la misión de la Guardia Civil "no es negociar a nivel político", sino "velar por la seguridad de los ciudadanos y su obligación, como máximo responsable de este cuerpo de seguridad, es proporcionarle todos los medios necesarios para que pueda desarrollar su trabajo con las máximas garantías de seguridad".
En este sentido, recordó que las dependencias del cuartel de la Guardia Civil de Calvià, ubicado en Palmanova, tienen más de 40 años, cuando la población del municipio era de 3.579 habitantes frente a los 52.801 que se registran en la actualidad, cifra que se eleva a más de 200.000 personas en plena temporada estival.
En noviembre de 2005, el Ayuntamiento les cedió de manera temporal y gratuita, hasta que finalizaran las obras de la nueva casa cuartel, unas oficinas municipales ubicadas en la calle Na Boira, también en Palmanova, dada la precariedad de las instalaciones del antiguo cuartel y la falta de espacio en el mismo, apenas 60 metros cuadrados para los 172 agentes adscritos al mismo. Posteriormente, en 2006, el Ayuntamiento destinó 40.000 euros en adecentar el antiguo cuartel, se hizo nueva toda la tabiquería interior, la instalación eléctrica y se pintaron las oficinas.
Delgado consideró que es una "auténtica desfachatez enviar a un funcionario a solicitar ayuda municipal para ahorrarse dinero y no dar la cara cuando el Gobierno de Zapatero está boicoteando de manera sistemática proyectos de vital importancia para Calvià, como la creación de un arrecife artificial (proyecto enviado al Gobierno central en 2005), la inclusión de Calvià en el Plan Turismo del Estado español y la firma de un convenio entre la Secretaría de Estado de Turismo y el Ayuntamiento de Calvià, similar al suscrito para la mejora de la Playa de Palma, o la misma casa cuartel, cuyos trámites se iniciaron en noviembre de 2003, con la remisión de un anteproyecto por parte del Ayuntamiento al Ministerio del Interior y la cesión en 2005 de un solar municipal para su construcción y cuyas obras están paralizadas".
Pese a lo que calificó de "lamentable actitud" de Rubalcaba, Carlos Delgado anunció a la Guardia Civil su intención de realizar una cesión temporal y gratuita de las dependencias solicitadas en el Intercambiador Central de Transportes –un edificio que el Gobierno balear construyó en un solar municipal y cuyas oficinas tiene cedidas el Ayuntamiento, donde actualmente se ubica el departamento de Medio Ambiente, que abandonará este espacio para que puedan ocuparlo los agentes de la Guardia Civil– porque entiende que es prioritario garantizar una mayor seguridad de los guardias civiles que desarrollan su trabajo en Calvià que, según dijo,"no tienen la culpa de la incompetencia y falta de sensibilidad puestas de manifiesto por el ministro".