L D (EFE) A raíz del hallazgo en uno de los trenes afectados por los atentados de una mochila con explosivos que no llegó a estallar, los investigadores pudieron comprobar que los terroristas habían utilizado Goma 2 de la marca ECO, fabricada en la localidad burgalesa de Páramo de Masa.
Este tipo de explosivos es utilizado habitualmente para trabajos en minería, canteras y movimiento de tierras y su compra y traslado está controlada por la Guardia Civil. Una de las hipótesis que tampoco descartan los investigadores es que los terroristas pudieran haber constituido una empresa dedicada a la minería como tapadera para poder adquirir los explosivos.
Además del español, también fueron detenidos el jueves cuatro personas de origen árabe en la Comunidad de Madrid y, más concretamente, en las localidades de Alcalá de Henares, Meco y la capital. Los cinco están siendo interrogados en dependencias policiales, donde permanecen incomunicados en aplicación de la Ley Antiterrorista y se prevé que el próximo martes sean puestos a disposición judicial.
Por otra parte, el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, dejó este viernes en libertad el argelino Ali Amrous, arrestado al lunes por la Ertzaintza en San Sebastián, después de comprobar que en los informes que solicitó el miércoles a la Policía no consta ningún indicio que determine si tuvo relación con los atentados del 11-M. Según informaron fuentes jurídicas, el juez adoptó esta decisión con el visto bueno del fiscal Jesús Alonso tras analizar los informes que encargó a la Comisaría General de Información de la Policía sobre los antecedentes, relaciones y movimientos del detenido en España.
Tras comprobar que no existía ningún dato que le implicara en los atentados, Garzón comunicó a la Policía que dejaran en libertad a Amrous, al que el pasado miércoles prorrogó su detención por 48 horas, bajo la acusación de pertenencia a la organización terrorista Al-Qaeda, a la espera del resultado de los informes.