(Libertad Digital) El diario que dirige Pedro J. Ramírez publica este jueves extractos de algunas de las conversaciones grabadas entre Gorka Aguirre y Joseba Elosúa, considerado el recaudador de ETA. Son diálogos entrecortados llenos de sobreentendidos en los que se aprecia que los dos interlocutores emplean algunas palabras clave. Según consta en la documentación interna de la Policía, los sospechosos utilizan el término "vino" como clave para referirse a las exigencias económicas y "botella" por 6.000 euros procedentes del pago de los empresarios. Escuchando estos diálogos, el juez Grande Marlaska no tiene dudas de que el dirigente peneuvista conoce a la perfección el lenguaje de los extorsionadores etarras.
Como consecuencia de estas grabaciones la Comisaría General de Información practicó varios seguimientos a Aguirre. El primero fue el pasado 20 de abril. Aguirre se reunió entonces con Joseba Elosúa, dueño del bar faisán en el que supuestamente la banda terrorista recogía el dinero procedente de la extorsión. El informe policial sostiene que ese día Elosúa entregó al peneuvista un ejemplar doblado del diario Berria. Escondía "uno o varios papeles del tamaño de un sobre pequeño".
El pasado 3 de mayo se produjo un nuevo seguimiento. Aguirre volvía en su coche particular al Faisán: "Iba vestido con un pantalón oscuro y camisa blanca de manga corta. Se le apreció en el bolsillo izquierdo del pantalón un abultamiento que, mientras se dirigía al bar, lo sujetaba introduciendo la mano". El informe de la Policía añade que tras conversar con Elosúa, ambos se suben al coche en dirección a Oyarzun. Allí recogieron a Ramón Sagarzazu Olazaguirre, también detenido en la operación contra la red de extorsión etarra. Posteriormente, los tres se trasladaron a la sidrería Edi Luze, en Rentería.