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El Mundo de Cataluña publica una columna que equipara a Rosa Díez con sus agresores

La edición catalana de El Mundo publica este lunes una columna firmada por Leonor Mayor en la que equipara a Rosa Díez con los energúmenos que le intentaron agredir entre insultos y escupitajos. Dice que es lo que buscaba y concluye: "los extremos se tocan".

"Mejor a la contra", así titula Leonor Mayor su columna de este lunes en El Mundo de Cataluña dedicada a denigrar a las víctimas de agresiones y amenazas por parte del nacionalismo catalán. La tesis de la tal Mayor es tan pueril como miserable: Albert Rivera y Rosa Díez son unos provocadores que incitan deliberadamente a sus agresores para salir en los periódicos.

El artículo recuerda el desagradable episodio que vivió el líder de Ciudadanos hace dos años cuando dos militantes de ERC le enviaron una foto suya con una bala sin percutir incrustada en la frente. El comentario de Leonor Mayor rezuma mala baba pero, ojo, no contra quienes amenazan de muerte sino contra el amenazado:

A Rivera le mandaron un día una carta con una bala dentro. Los remitentes eran unos militantes de Esquerra a los que el partido tuvo el acierto de echar. Hubo juicio y, como es natural, ganó el líder de Ciutadans, quien, no contento con esa victoria, se fue el jueves a donar el dinero de la indemnización a una asociación que defiende a las víctimas del terrorismo. Rivera hizo una foto del histórico momento de la donación, pero los medios, sensatos ellos, no le compraron la película y el asunto no tuvo la trascendencia que el promotor deseaba.

Como ven todo un provocador este Rivera. Le amenazan de muerte y va a juicio, pero "no contento" con ganarlo tiene la desfachatez de donar la indemnización a una asociación de víctimas del terrorismo. La apelación a la "sensatez" de los medios por silenciar el gesto de Rivera y, viniendo de la Cataluña del editorial único, es suficiente para retratar a la autora del artículo.

Pero lo de Rivera es sólo el entrante; el plato fuerte viene con Rosa Díez a quien esta impagable columnista de El Mundo presenta como la "más directa competidora" del líder de Ciudadanos en esto de provocar a los pacíficos nacionalistas. Dice que "le ha ganado la partida por goleada esta semana" porque "se fue a la Universidad Autónoma de Barcelona a dar una conferencia. Sabedora, a buen seguro, de que no iba precisamente a visitar un jardín de infancia". Todo un ejemplo de civismo el que nos brinda en sus páginas El Mundo de Cataluña. Vean:

En 1999, José María Aznar tuvo la misma idea. La ocurrencia se saldó con unas cuantas barricadas, muchos golpes y gritos y la nada desdeñable cifra de 19 heridos. Aznar consiguió incluso que la Universidad le declarase persona non grata.

O sea que un grupo de bárbaros revientan una conferencia e intentan agredir al conferenciante y la responsabilidad recae en éste por tener la "ocurrencia" –fíjense que cosa tan extravagante– de hablar en público en una universidad. Aunque leyendo a Leonor Mayor más parece que el problema de estos provocadores sea el hecho de existir. Sin Aznares, Riveras o Rosas, en el Oasis vivirían mucho más tranquilos. Ahora, en el caso de Aznar,  atribuirlo a una necesidad de aparecer en los medios, cuando ya era presidente del gobierno, revela las luces de la autora del artículo.

Aunque la traca final es la descripción del ataque sufrido por Díez:

Díez no logró un éxito tan rotundo, pero su incursión en la Autónoma no estuvo nada mal. Hubo griterío, hubo golpes, hubo escupitajos y hubo insultos. El decano de Ciencias Políticas, Salvador Cardús, quedó rociado de pintura y el coche de la líder de UPyD, abollado. Por lo que cuentan los cronistas que fueron a cubrir el acto, la cosa llegó a calentarse tanto que hubo quien temió por su integridad física. Díez tuvo que abandonar el recinto universitario escoltada y con paraguas en mano para parar los escupitajos. Pero en todo momento mantuvo la sonrisa. No es para menos. Consiguió salir en los periódicos y los telediarios y algún que otro voto se habrá ganado después de semejante odisea.

Que te escupan, te insulten e intenten darte una paliza no está "nada mal", dice Leonor Mayor. Es un buen motivo para sonreír. Si tanto le gusta podría probar a llevar la contraria al régimen nacionalista que desde el poder alienta estas agresiones, en vez de hacer escarnio de forma tan miserable con las víctimas. Seguramente así también le escupían a ella, y tan contenta.

La conclusión a la que llega Mayor es que "a la contra se vive mejor. Los extremos se tocan, se retroalimentan y los políticos lo saben y lo utilizan en su favor". También hay periodistas desconocidos, perfectamente prescindibles, que a base de escribir ruindades logran su momento de gloria y un único día de su vida trascienden las páginas interiores de la edición regional de un diario. Este es el caso de Leonor Mayor. Enhorabuena.

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