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LOS MINISTROS, A LA DEFENSIVA Y SIN ARGUMENTOS

El PP acorrala al Gobierno por su "complicidad" en el acoso al Supremo

El PP acorraló este miércoles al Gobierno por su encendida defensa de Garzón mientras respalda la campaña de acoso al Supremo. Los ministros, claramente a la defensiva, sólo han podido balbucear tópicos sobre la libertad de expresión y la falange y aferrarse al caso Gürtel.

Tocado y hundido. El PP ha conseguido arrugar a un Gobierno inseguro ante la evidencia de su respaldo a los insultos al Supremo, campaña en la que directamente participa. Hasta seis diputados populares afearon al Gobierno su actitud y le acusaron de "cómplice" en las calumnias al Gobierno.

Comenzó la jefa del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, que tras un tiempo sin encontrarse en la sesión de control, preguntó a De la Vega por el caso Garzón y los ataques que el Tribunal Supremo ha recibido por imputarle. “La primera obligación es respetar las instituciones pero la única que defienden con todas sus fuerzas es el Partido Socialista Obrero Español”, dijo la popularl, que añadió que “para ello no dudan en arremeter contra todas las instituciones”.

En este sentido, reprochó la actitud de Gaspar Zarrías, secretario de Estado que acudió al acto de exaltación a Garzón en la Complutense. “Su comportamiento es muy grave, nadie le ha reprochado nada”, espetó. Además, añadió que “de boca de Blanco y Sebastián comprendemos que es una estrategia del Gobierno, sino organizada al menos coordinada”.

Por su parte, De la Vega, como hicieron después todos los miembros del Gobierno, tuvo que recurrir al caso Gürtel y a los derribos del Cabanyal. “No sólo respetamos las instituciones sino que la mayoría de las veces las defendemos de sus ataques y de sus insidias”. “Los ciudadanos saben que sólo ustedes no han dejado ni un sólo día de arremeter contra jueces, fiscales y policías”, indicó para añadir que “les vale la rebelión contra leyes aprobadas, expolios de barrios. Acusó al PP de “desempolvar el viejo clan del ventilador y todo para no hablar del traje de 50.000 folios que les han hecho”.
 

La siguiente batería fue para Manuel Chaves. El diputado Rafael Merino López le afeó la presencia de su secretario de Estado, Gaspar Zarrías, en el aquelarre contra el Supremo en la Complutense y acusó al Gobierno de ser "cómplices" en los insultos a los miembros del Alto Tribunal. "Zarrías asistió a un acto antidemocrático de deslegitimación del Tribunal Supremo y le preguntó su opinión sobre que un miembro de su departamento participe en un acto de "agitación pública contra el Poder Judicial". Tan noqueado quedó el ex presidente andaluz que calificó la pregunta de "ridícula" y se limitó a defender la libertad de expresión. "Ningún ciudadano tiene que dimitir por ejercer sus derechos". Muchos aplausos de la bancada socialista. Los necesitaba.

No llegó a sentarse cuando el diputado Juan José Matarí tomó el relevo a su compañero y le echó en cara que Zarrías estuviera en un "bochornoso acto antisistema" y participara en la "campaña de coacción al Supremo, de descalificación de las instituciones" y participara en la "peligrosa" campaña contra el Estado de derecho "alentada" por Zapatero y su Gobierno. "Zapatero es incapaz de asumir la transición y está animando a la confrontación desestabilizando las instituciones para esconder su fracaso político y mantenerse en el poder como llegaron: como sea y a costa de lo que sea".

De nuevo Chaves se quedó sin respuesta y tartamudeó algo sobre el caso Gürtel e incluso sobre Esperanza Aguirre y su rebelión contra la subida del IVA. Incluso tuvo el valor de hablar de los que "cogen el dinero público que es de todos" con el escándalo de las subvenciones a la empresa de su hija.

Después fue el ministro de Justicia el interrogado sobre la inacción del Fiscal General ante los ataques al Supremo. Fue Federico Trillo en encargado de preguntarle y advertirle de la "desfachatez" de llamar libertad de expresión a los insultos al Supremo. "En la libertad de expresión no sabe la calumnia ni la injuria, en la Constitución no cabe el derecho al insulto y en el Código Penal están las calumnias graves contra el Tribunal Supremo". Trillo leyó una sentencia de Conde Pumpido en la que ratifica sus afirmaciones y preguntó a Caamaño si "han cambiado de criterio". Advirtió al ministro de Justicia que si no toma medidas "no será tolerancia, será complicidad en las calumnias contra el Tribunal Supremo".

Tampoco se le vio seguro al ministro en su respuesta, que se limitó a reseñar que el Supremo ha dicho que los actos en defensa de Garzón no interfieren en su imparcialidad ni en su independencia y acusó al PP de "sobreactuar" con alguna alusión a la coherencia interna del PP.

Finalmente, José Blanco tuvo que responder por su explícito apoyo a Garzón cuando el diputado José María Lasalle le espetó que el respeto al estado de Derecho y al imperio de la ley es igual para todos. Blanco se ratificó en sus declaraciones. "Digo en esta Cámara lo que he dicho en privado", calificó la actuación de la Justicia de "cruzada contra Garzón" y dijo que como "ciudadanos puedo expresar que quiero que los falangistas no se salgan con la suya".

 Lasalle le acusó de confundir el "papel de ministro con el de mitinero lanzando soflamas".

 

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