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La emotividad y el silencio marcan el funeral por el cabo asesinado en Afganistán

El arzobispo castrense, monseñor Juan del Río Martín, presidió en el Acuartelamiento de la Isleta (Las Palmas), la misa funeral por el cabo del Ejército de Tierra Cristo Ancor Cabello Santana -fallecido el miércoles en un ataque talibán-, una ceremonia marcada por la emotividad y el silencio.

El arzobispo castrense, monseñor Juan del Río Martín, presidió en el Acuartelamiento de la Isleta (Las Palmas), la misa funeral por el cabo del Ejército de Tierra Cristo Ancor Cabello Santana -fallecido el miércoles en un ataque talibán-, una ceremonia marcada por la emotividad y el silencio.

El acto fúnebre comenzó a las 9.30 horas, con la asistencia del Príncipe de Asturias, Su Alteza Real don Felipe, vestido con el uniforme de teniente coronel del Ejército de Tierra y acompañado, entre otras autoridades civiles y militares, por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente del Ejecutivo canario, Paulino Rivero, la ministra de Defensa, Carmen Chacón, y los jefes de Estado Mayor de la Defensa y del Ejército, los generales José Julio Rodríguez Fernández y Fulgencio Coll Boucher.

El funeral se prolongó durante una hora y estuvo marcado por la emotividad y el silencio de los presentes entre los que se encontraban familiares y amigos del soldado fallecido, a quien le fue impuesta, a título póstumo, la Cruz al Mérito Militar con distintivo Rojo, que reconoce la labor de los militares fallecidos en misiones de paz.

A su llegada al Acuartelamiento de la Isleta, el Príncipe de Asturias saludó a los familiares del militar fallecido e intercambió unas palabras con la madre y la abuela de Cristo Ancor, a quienes trasladó sus más sentidas condolencias.

El momento más emotivo de la ceremonia llegó cuando la madre del cabo fallecido recibió de manos del jefe de la Brigada de Infantería Canarias 16, el general de Brigada Francisco Javier Martín Alonso, la bandera de España que cubrió el féretro del cabo, la boina que llevó en vida y la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo que le impuso el Príncipe Felipe.

Durante la homilía, el arzobispo castrense Juan del Río Martín destacó la labor realizada por el cabo en su "corta vida militar" y su participación en la misión española en Líbano, por la que fue condecorado con la Medalla de las Naciones Unidas.

El arzobispo subrayó que el cabo grancanario, al igual que otros militares, dio su vida por "los nobles ideales de la milicia" y contribuyó a que España se convierta en un "país que sabe mirar de frente y no esquiva su mirada ante los graves problemas internaciones donde las naciones libres se juegan el futuro de su seguridad e independencia".

Del Río Martín aseguró que la "dinámica bélica" que se está produciendo en Afganistán "desborda constantemente las tareas de reconstrucción" y reclamó a los presentes que no se desanimen porque el Ejército español está considerado como uno de los "más prestigiosos" y es uno de los "mejor valorados" por la población, a la que sirve "en aras de la paz y el bien común".

El arzobispo castrense afirmó que la sociedad "está convencida" de que se acabará con el terrorismo o los ciudadanos terminarán siendo "esclavos de su intrínseca malicia". Finalmente, tuvo unas palabras de aliento para los familiares y amigos del cabo, a los que dijo que la muerte de Cristo Ancor representa una "semilla" de "la libertad".

Durante la ceremonia militar hubo además un homenaje a militares que dieron su vida por España, en el que tanto los compañeros del cabo fallecidos como sus familiares y autoridades como el Príncipe Felipe entonaron el himno de 'La muerte no es el final', antes del disparo de las salvas en honor del fallecido.

Tras el plegado de la bandera de España que cubrió el féretro, el jefe de la Brigada de Infantería Canaria 16, general de Brigada Francisco Javier Martín Alonso, hizo entrega de la enseña y las condecoraciones a la madre del cabo fallecido. El funeral concluyó con el himno nacional y la salida de los familiares y amigos acompañando al féretro en su traslado hasta el Panteón Militar de San Lázaro (Las Palmas).

Los familiares de Cristo Ancor Cabello Santana tuvieron el apoyo de compañeros del cabo pertenecientes del Regimiento Soria 9 de Fuerteventura, que se trasladaron hasta Las Palmas de Gran Canaria, ya que era el contingente con el que el militar fallecido estaba desarrollando su labor militar en Afganistán.

Además, en la ceremonia también se encontraban los militares pertenecientes a la Compañía del Regimiento Canarias 50 porque fue donde sentó plaza Cristo Ancor Cabello Santana.

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