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Griñán: las primeras en la frente. Palabritas por delante, puñaladas por detrás

Hubo muchos que al oír hablar a Griñán en el Parlamento, con sus maneras suaves y su media sonrisa, ante sus elogios de la coherencia y su reconocimiento de la soberbia, y la reflexión sobre la superioridad moral, creyeron que estábamos ante un fenómeno,  si no nuevo, al menos esperanzador.

Hubo muchos que al oír hablar a Griñán en el Parlamento, con sus maneras suaves y su media sonrisa, ante sus elogios de la coherencia y su reconocimiento de la soberbia, y la reflexión sobre la superioridad moral, creyeron que estábamos ante un fenómeno,  si no nuevo, al menos esperanzador.

L D (Pedro de Tena) La ilusión no les ha durado ni dos días La primera en la frente, se ha dicho siempre que alguien ha decepcionado a alguien a la primera de cambio. Pues, en el caso de Griñán, hay más de una. La primera, Pizarro. La segunda, Chaves. La tercera, Rosa. Y la cuarta, las elecciones andaluzas. Por ahora.

El caso de Luis Pizarro es emblemático. No criticaremos su ausencia de currículo suficiente para ser consejero de la Junta de Andalucía si bien es menester que los Consejeros tengan cierto nivel cultural y alguna preparación técnica. Ya se sabe que si ha sido algo, Luis Pizarro ha sido administrativo no se sabe de qué empresa porque lleva en la política desde la dentición de leche. Si bien tener muchos conocimientos no es imprescindible para disponer de un elevado sentido ético, en la política actual es preciso tener algún saber técnico para poder adoptar decisiones. La consejería de gobernación, equivalente al Ministro del Interior sin policía ni guardia civil, claro, parece destinada a estar en manos más cualificadas.

Pero el problema de Pizarro no es ese. El problema de Pizarro es su condición, figurada claro, de sicario político, de persona que, por encargo de otro, acaba políticamente con los adversarios de quien le manda. Pizarro acaba de liquidar a Zarrías y a su séquito en la Junta de Andalucía tras haberse disputado con él, a lo largo de muchos años, la primacía política y el favor de Chaves. Aunque creemos que Griñán le ha aplicado el principio de Peter y lo ha elevado al nivel de incompetencia justo para aniquilarlo, ver a Pizarro como consejero andaluz de Gobernación produce, además, miedo. Salvo que sufra una metamorfosis benigna, Pizarro, desde la Consejería, hará lo que ha hecho siempre: ayudar al que manda eliminando al que le estorba con el máximo sectarismo y ninguna manera educada. Que esté donde está es responsabilidad de Pepe Griñán, Pepe II el legítimo, como le ha motejado Pepote de la Borbolla, genio y figura.

Pero es que la segunda ha sido como la piedra de David. Llega Chaves a Madrid y lo primero que hace es ponerse de rodillas ante Montilla y el Tripartito, equipo al que hay que cuidar para evitar una catástrofe en el interior del PSOE y una hecatombe en el Congreso. No sólo acepta darle más dinero a Montilla, no sólo admite que en euros per capita Cataluña tiene que estar en la media nacional - ¿Madrid no? (con lo que la solidaridad se acaba de hecho y de derecho) sino que afirma que el estatuto de Cataluña, el que admite la bilateralidad de las relaciones de Cataluña con el Estado es constitucional. Y por si fuera poco, argumenta que la bilateralidad catalana es compatible con la multilateralidad de las demás.

¿Y qué ha dicho Griñán, Pepe II? Nada. El mismo que hizo un cántico a que nunca habría en España un sistema de financiación que beneficiara a unos por encima de otros el pasado martes, calló como una estatua el miércoles ante el impropio discurso de quien había sido presidente de la Junta de Andalucía hasta hacía unos días. Pero, claro, son amigos y en el PSOE, eso de los amigos es sagrado. ¿Hay alguien con sentido común que diga que es conciliable el que el Estado se reúna con Cataluña primero, pacte con ella su financiación y luego, se reúna con las demás comunidades de España para dar la impresión de "multilateralidad"? ¿Es que acaso el Estado incumplirá ante las demás lo que prometió a Cataluña o es que el gobierno obligará a las demás a aceptar lo que ya se pactó antes con Cataluña? ¿Y Griñán? ¿Dónde está?

La tercera, naturalmente, es el talante de seda con el que ha apuñalado a Izquierda Unida mientras le daba sobas en el debate de investidura diciendo que sería más fácil pactar con los comunistas que con el PP para el "cambio" andaluz. Es que está grabado. Es que lo vieron todos Mientras decía esas cosas en sede parlamentaria, ¿sabía ya que iba a ofrecer a Rosa Aguilar nada menos que la consejería de Obras Públicas, de estricta confianza del Presidente? ¿O es que se le ocurrió al rato en un pronto luminoso? ¿Es que lo suyo no es favorecimiento en el grado máximo de un nuevo tipo de transfuguismo inmoral y desleal?

La culpa no es solo suya. La deslealtad es de Rosa Aguilar. Sí, sí. Una puede ser libre para lo que quiera hacer con su vida, cierto. Pero cuando uno hace las cosas lealmente las hace de otra manera. Por ejemplo. Una puede dimitir de la alcaldía de Córdoba unos meses antes. Una puede después darse de baja en IU y explicar públicamente sus razones, a los cordobeses, a los andaluces y a los españoles, porque esto conlleva gangrena política nacional. Y luego, se va una a su casa, al PSOE, a la Junta de Andalucía o donde quiera. Pero no se ha hecho así. Se ha hecho con deslealtad y alevosía. ¿O es que Rosa Aguilar no sabía del ofrecimiento de Griñán hasta minutos antes de producirse? Lamentable, Pepe II, lamentable.

Y luego está lo de las elecciones andaluzas. ¿Qué problema tiene Pepe II conque haya elecciones andaluzas separadas de cualquiera otra? ¿Por qué, al igual que el País Vasco o Cataluña o Galicia, las elecciones andaluzas tienen que ir siempre uncidas a las elecciones generales? Por interés de partido. Por interés electoral. Chaves lo sabía. Lo votaban más si iba de la mano de González o de Zapatero. Pero, ¿no hablabas de cambio, Pepe II?

En fin. Sólo han pasado unos días, tres. Y ya tenemos cuadro piedras, pedruscos, clavados en la frente. Más daño habrán hecho, no cabe duda, ante quienes esperaban otra cosa. NO, amigos. Es el régimen, el interés del régimen, el estilo del régimen. El cambio es, tiene que ser otra cosa A ver si Javier Arenas, además de hacer lo que hace, hace lo fundamental: introducir la ilusión en el pueblo andaluz por edificar una Andalucía abierta, más liberal y más decente donde el carné de identidad, y no el del PSOE ni el de ningún partido, sea el único que valga para disponer de derechos, deberes, libertades y oportunidades.

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