(Libertad Digital) El informe vincula al policía Ayman Maussili Kalaji, dueño del establecimiento Test Ayman, que liberó los teléfonos que supuestamente se emplearon para la fabricación de las mochilas bomba, con la conexión de los móviles a los cables que unían las alarmas con los detonadores.
"Cotejando las fechas de compra, de liberación de los equipos y la realización de los atentados, nos encontramos en un periodo muy corto de tiempo: del 3 al 8 de marzo del 2004 y los atentados fueron el 11. [...] En las investigaciones del 11-M aún flota una pregunta: ¿Quién [en negrita en el original] "realizó las operaciones de soldado de los cables, en el vibrador de los teléfonos móviles, para que enlazaran con los detonadores?" Ante esta pregunta, la Unidad Central de Información apunta que "es evidente que no cabe descartar que alguno de los terroristas realizara dicha operación, pero no se ha encontrado equipo adecuado para ello". Sin embargo, señala que Kalaji "tiene los conocimientos suficientes para ello y realmente queda muy poco tiempo para que los terroristas trataran de buscar a otro comerciante, ingenuo o no, para realizar dichas operaciones".
En el informe se recuerda la formación militar del que perteneciera al grupo terrorista Al Fatah y terminara de escolta de Garzón y su perfil "correspondiente a un posible islamista radical", al menos en su juventud. También refleja que se hallaron dos documentos de Kalaji en el piso de la calle de Virgen del Coro de Madrid, utilizado por algunos de los imputados en los atentados. Uno de esos papales prueba que Kalaji conoce a Moutaz Almallah Dabs, al que vendió un estudio en 1995 situado en la calle de Mirto, también en la capital. (Ampliación)