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Las claves del nuevo curso político: un otoño caliente para Zapatero y Rajoy

Terminan las vacaciones y comienza el curso político: este viernes se celebra el primer Consejo de Ministros y en diez días se reanudará la actividad parlamentaria. Muchos y muy variados asuntos estarán sobre la mesa: el Gobierno tendrá un otoño complicado, pero también la oposición.

Pese a la pausa en la actividad política y el parón parlamentario, este verano han nacido polémicas que ya adelantan cómo será el otoño y lo difícil que les resultará este curso tanto a Zapatero como a Rajoy. Estos son algunos de los temas que, seguro, darán que hablar en los próximos meses:

La incógnita de la sentencia del Estatuto catalán

La posibilidad de que el Tribunal Constitucional se decida, tres años después, a dictar sentencia, ha devuelto el protagonismo a un asunto clave para España. Mientras la Generalidad ya ha advertido que no acatará el fallo en aspectos tan esenciales como el lingüístico, ERC, que en su día no apoyó el texto, ha hablado de organizar una especie de manifestación "preventiva" en previsión de una hipotética sentencia en contra. El Gobierno tampoco está callado: de forma más o menos explícita, ha contribuido a las presiones defendiendo la constitucionalidad del Estatuto mientras continúan las deliberaciones del tribunal. El PP, cuyo recurso, junto con el de varias comunidades y el Defensor del Pueblo, está en el origen de la futura sentencia, ha optado por pedir respeto a los jueces y exigir que se acate lo que digan los magistrados. Pero el verdadero cataclismo llegará si, como se supone, el TC se decide por fin a tomar postura. Si la sentencia declara inconstitucionales aspectos considerados clave por los nacionalistas, el Gobierno tendrá que hacer frente a un varapalo político que le forzará, además, a reaccionar ante la ya anunciada negativa del Gobierno catalán a dar marcha atrás en la aplicación del texto. Si el fallo es favorable al Estatuto, habrá que ver si el PP retoma la denuncia de su inconstitucionalidad o entierra la polémica.

La crisis

Otros países europeos comienzan a salir de la recesión económica pero este otoño, según todos los pronósticos, será negro para España. Los principales problemas serán el paro, que según el propio INEM podría acumular 700.000 desempleados más a la lista, y el agujero en las arcas públicas por el desplome de los ingresos y el gasto impulsado por el Gobierno. Al Ejecutivo se le están acabando las excusas para minimizar la crisis y en los próximos meses le tocará adoptar medidas impopulares, cuando no contraproducentes, para intentar tapar algunos agujeros en sus cuentas. El tranquilo mes de agosto ha sido, de hecho, el elegido para anunciar decisiones polémicas, como una subida de impuestos que vendría a mermar aún más el bolsillo de la clase media y a retrasar la salida de la crisis, o la congelación en el sueldo de los funcionarios que tanto criticó el PSOE en el pasado.

Los costosos apoyos a los Presupuestos

Con esta situación, al Gobierno se le va a hacer difícil cuadrar las cuentas del próximo año, que también tendrán que ser aprobados en otoño. A falta de conocerlos, ya se puede prever que al Ejecutivo se le hará muy complicado contar con los apoyos suficientes para sacarlos adelante, y no sólo por cuestiones económicas: ya no cuenta con el respaldo del PNV tras el pacto PP-PSOE en el País Vasco y CiU ha dicho que no los respaldará si hay subida de impuestos. La opción será pactar con los partidos situados más a la izquierda, pero habrá que ver si logra, y a cambio de qué, su apoyo.

¿Más tropas en Afganistán?

Se acerca la confluencia "planetaria" de la que habló Pajín, con Zapatero presidiendo la UE y Obama al frente de EEUU, y todo apunta a que Afganistán será un tema clave para que la relación fluya entre los dos mandatarios. Defensa ya ha apuntado este verano a un posible aumento del "compromiso" en el país, es decir, un aumento del contingente español desplazado a la conflictiva zona, y varios diarios han adelantado ya que el Ejército español podría hacerse cargo en breve del control del aeropuerto de Kabul, con un nuevo envío de tropas. También podría quedarse parte del "batallón electoral" que se desplazó a la zona para reforzar la seguridad durante las elecciones afganas. El previsible aumento en el número de soldados generará debate en España: el refuerzo llega con una situación en el país cada vez más complicada y peligrosa para las tropas extranjeras. La propia Chacón admitió que se trata de la misión más difícil a la que se ha enfrentado nuestro Ejército, pero desde el Ejecutivo siguen resistiéndose a hablar de guerra en Afganistán.

El caso Gürtel y las escuchas

No sólo pasará apuros el Gobierno en los próximos meses. Al PP se le terminan unas de las vacaciones más agitadas que se recuerdan y que apuntan a un otoño salpicado de polémica. El motivo, la denuncia de Cospedal de supuestas escuchas ilegales a su partido, que enmarcó dentro de la "persecución" que a su juicio sufre el partido por parte de la Fiscalía y el propio Gobierno, haciendo uso de los instrumentos del Estado de Derecho. Aludía a episodios como el desfile de cargos del PP esposados en los juzgados de Palma por el caso "Palma Arena" o el anuncio de De la Vega de que recurriría el archivo de la causa contra Camps. Pero del espionaje a cargos del PP, entre los que se encontraría ella misma, no se aportaron más datos y tampoco llegó de inmediato una denuncia en los juzgados más allá de la ya presentada por las filtraciones del caso Gürtel. Las palabras de Cospedal, secundadas días después por Rajoy, provocaron una catarata de críticas por parte del PSOE y otros partidos. El PP piensa seguir hablando de ello en el Congreso y han hablado de llegar a Europa con sus denuncias, pero su líder dejaba en el aire el pasado domingo si realmente acudirían a los juzgados con las pruebas que dicen tener del espionaje a sus cargos. A la polémica se suma la continuación de los procesos judiciales del caso Gürtel, con Luis Bárcenas temporalmente fuera del PP para alivio de Rajoy pero imputado por el Supremo.

Otros temas, como ETA –el acuerdo en política antiterrorista entre los dos principales partidos continúa manteniéndose– o el 11-M –ninguno de los principales partidos parecen estar por la labor de impulsar la investigación o retomar el asunto en el Congreso–, no estarán, de momento, en la arena política de un otoño muy agitado para Gobierno y oposición.

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