Uno de los estandartes del Partido Popular es, según su ideario, el respaldo inquebrantable a las víctimas del terrorismo. Sin embargo, como bien apuntó Regina Otaola, "más importante que las buenas palabras son los actos", y este sábado ni un solo dirigente de la plana mayor de la formación que lidera Mariano Rajoy ha estado acompañando a quienes han sufrido el azote del ETA.
Mucho han cambiado las cosas en dos años. En la anterior legislatura, el jefe de la oposición capitaneaba la representación del PP en apoyo a las víctimas. No había acto organizado por ellas a la que los populares no se adhirieran. Una vez se producía la convocatoria, el por entonces secretario general, Ángel Acebes, se ponía en contacto con Francisco José Alcaraz para mostrarle su respaldo y decirle "en qué podemos ayudar".
Sin embargo, en la agenda actual de Rajoy no está ir de la mano de las víctimas. Sus estrategas consideran que todo aquello que sea salirse del discurso económico les perjudica; que dar la batalla en la lucha contra ETA no es rentable electoralmente. Por ello, insisten en respaldar la política antiterrorista del Ejecutivo aunque de puertas para adentro admitan que todo apunta a que Batasuna se acabará colando en las listas electorales.
Es por ello por lo que este 6-N ningún portavoz del PP ha estado en la concentración de Colón, a la que han asistido decenas de miles de personas. Según la agenda del PP, Rajoy y María Dolores de Cospedal han asistido a los fastos por la visita de Su Santidad el Papa en Santiago de Compostela. Pero, ¿y el resto de componentes de la dirección nacional?.
Además de Rajoy y Cospedal, la dirección nacional está compuesta por los vicesecretarios Esteban González Pons, Ana Mato y Javier Arenas; los portavoces de las Cámaras de representación, Soraya Sáenz de Santamaría, Pío García Escudero y Jaime Mayor Oreja; y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. Eso sin contar que el PP tiene otros tantos "portavoces autorizados" como Carlos Floriano, Jorge Moragas, Alfonso Alonso o José Luis Ayllón.
Los dirigentes del PP vasco también eran habituales de la 'rebelión cívica'. Sin embargo, tampoco nadie ha estado con ellos. Su líder, Antonio Basagoiti, ha optado por el silencio, al igual que toda su cúpula. Sí que han estado, a título personal, la alcaldesa de Lizarza, Regina Otaola, y Pilar Elías, concejal del PP en Azcoitia.
Precisamente, Génova se escuda en que la consigna dada es que "a título personal" cualquier dirigente del partido podría haber asistido. "En todas las concentraciones iremos pasando los distintos líderes del PP" ya que "hay que apoyar a las víctimas por decencia y democracia", llegó a decir Pons en los micrófonos de esRadio, extremo que se ha demostrado falso.
Por fallar, han fallado hasta las formas. Nadie de la cúpula del partido se ha puesto en contacto con Voces contra el terrorismo. Ni una llamada telefónica, cuando en la anterior legislatura era el citado Acebes quien descolgaba el teléfono. Sí lo hizo Mayor Oreja para excusar su ausencia, pero no como representante del PP.
Lo hecho por el Partido Popular marca, pues, un antes y un después en su relación con las víctimas. "Evidentemente, las apoya, pero también hay que estar con ellas. Es importante estar. Pero este 6-N no han estado, y eso me entristece", sentencia Otaola.