En un discurso pronunciado en la localidad toledana de Torrijos, Mariano Rajoy ha criticado con dureza la presidencia europea, de la que este martes hizo balance Zapatero, su política exterior y, sobre todo, su gestión ante la crisis. En un acto para apoyar al PP de la región, Rajoy también trató de retratar a su partido como la alternativa al Ejecutivo y el que logrará sacar al país de la crisis.
"España está pasando por una situación económica que no nos gusta: hay cuatro millones y medio de parados, se está produciendo un proceso de empobrecimiento, se ha limitado el poder adquisitivo de los pensionistas...", enumeró. Frente a esta situación, afirmó que en nuestro país, "hay futuro, hay sociedad y hay emprendedores. Cuando hay un gobierno con un mínimo de sentido común, que dice la verdad y que es capaz de fijar el rumbo, las coas cambian".
"Sólo hace falta un marco que genere confianza", y ofreció a su partido para hacerlo. "Hay que hacer muchas cosas y estamos dispuestos a hacerlas. Os pido desde ya que nos ayudéis, se pueden hacer las coas infinitamente mejor", apuntó.
Sobre Europa, Rajoy echó en cara a Zapatero que "no es momento de frivolizar", en referencia a la gracieta del presidente sobre el diferencial futbolístico con Alemania. "Frivolizar con los anhelos de tantas personas es algo impropio de un presidente del Gobierno y revela muy poco respeto hacia la mayoría de españoles que lo están pasando muy mal".
Respecto de la presidencia europea, lamentó que el presidente haya desperdiciado la ocasión de ganar crédito en el extranjero y hacer cosas por los intereses de España. "La noticia más relevante de estos seis meses ha sido que por primera vez en la historia, la UE ha intervenido España", sentenció. También le reprochó no haber dado la "batalla en agricultura" y en el diseño de los presupuestos.
También hubo espacio para la política exterior: lamentó la "tibieza" del Ejecutivo ante regímenes antidemocráticos como el cubano, ahora que Moratinos está en la isla, y afirmó que el Gobierno no puede ser "insensible con los disidentes". La bandera del PP, añadió, es la de "la defensa de la libertad y los derechos de los ciudadanos".