(Libertad Digital) El presidente del Partido Popular, Marino Rajoy, es entrevistado este domingo en el diario ABC. El polémico texto aprobado el pasado jueves por el Pleno del Congreso de los Diputados coincidiendo con el XXV aniversario del 23-F, en el que se eliminó la mención expresa al "papel determinante" del Rey, ha sido una de las cuestiones abordadas en la entrevista. El líder del PP afirma que "no" está de acuerdo "con el texto de esa resolución".
Mariano Rajoy declara que el "el Rey fue factor decisivo para que el golpe de Estado no saliera adelante y la verdad y la historia hay que respetarlas siempre". El líder de la oposición traslada los motivos que llevaron a su grupo a secundar el texto y dice que "la única razón por la que hemos votado, según me han explicado mis compañeros, es para que hubiera una resolución condenando el 23-F y evitar que algunos dijeran que el PP no lo condena".
Sin embargo, Rajoy no está de acuerdo con que su partido se adhiriera a esta declaración secundada, activamente, por ERC y EA y dice que le "parece una falta de respeto a la verdad y una forma de hacer el ridículo frente a los partidos nacionalistas. Una vez me dijo un importante historiador –continúa diciendo Mariano Rajoy– que el problema de los nacionalistas es que para ellos la historia es impredecible. La capacidad de manipular y de mentir es de tal calibre que eso debiera servir de reflexión a mucha gente", concluye el presidente del PP.
Pero no es sólo Mariano Rajoy el dirigente popular que no está de acuerdo con el contenido de la declaración institucional. El portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, lamentó el jueves que el texto equipare el "papel decisivo" del Rey Juan Carlos con el del resto de instituciones democráticas. "Nos parece ridículo que todavía haya grupos políticos que todavía no se avengan a reconocer la evidencia de los hechos y a elogiar el papel de Su Majestad el Rey en aquellos momentos difíciles y trágicos", criticó el portavoz popular.
La lectura de esta declaración fue propuesta por Izquierda Verde (IU-ICV), que animó al presidente del Congreso, Manuel Marín, a ocuparse del texto. Marín sondeó a los portavoces y delegó la redacción en su vicepresidente tercero, Gabriel Cisneros, en su condición de ponente constitucional y uno de los pocos diputados de entonces que aún permanecen en activo.