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Socialistas iraquíes, británicos y polacos matizan a Zapatero y defienden la intervención en Irak

Las diferencias en el seno del Congreso de la Internacional Socialista que se celebra en Madrid no han tardado en salir a la luz. La guerra de Irak ha puesto distancia de por medio entre los cerca de 400 socialistas reunidos. Si Zapatero abría la cita con sus críticas a "la guerra de la gran mentira" y Felipe González le secundaba, por la tarde los socialistas de Irak, Reino Unido y Polonia han defendido la intervención militar.

Las diferencias en el seno del Congreso de la Internacional Socialista que se celebra en Madrid no han tardado en salir a la luz. La guerra de Irak ha puesto distancia de por medio entre los cerca de 400 socialistas reunidos. Si Zapatero abría la cita con sus críticas a "la guerra de la gran mentira" y Felipe González le secundaba, por la tarde los socialistas de Irak, Reino Unido y Polonia han defendido la intervención militar.

L D (EFE) El primero en cuestionar las declaraciones de los dos socialistas españoles fue el primer ministro del área kurda en Irak, Barham Salah. Explicó que "el mundo debería haber reaccionado antes" y consideró "difícil de entender" el debate generado en Occidente sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, donde "miles de kurdos han sido asesinados con armamento químico" y más de dos millones de personas han muerto como consecuencia directa del régimen de Husein, recordó.

El portavoz del Partido Democrático del Kurdistán, Dilshad Miran, subrayó que kurdos, árabes y chiíes lucharon durante décadas contra el régimen de Sadam sin conseguir derrocarlo, por lo que agradeció la campaña militar de la coalición liderada por EEUU. Sólo fue un poco más crítico Bashara Jauad, del Movimiento Socialista Árabe, que dijo que a pesar de que el pueblo iraquí está "alegre" por la caída del régimen de Sadam, la inseguridad ha crecido bajo "la mirada indiferente de los ocupantes" y la situación es "caótica".

El viceministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, el laborista Denis McShane, defendió la postura de su gobierno, miembro de la coalición, y sentenció que "el arma de destrucción masiva más importante se llamaba Sadam". "Como socialistas, podíamos seguir discutiendo confortablemente sentados en nuestros sillones, pero era nuestro compromiso y obligación histórica liberar al pueblo de Irak", afirmó.

En representación de los socialistas y del gobierno polaco, el secretario de Estado de Exteriores, Tadensz Iwinski, definió la intervención como "un mal menor que ayudó a salvar vidas humanas", y dijo que "la palabra Polonia tiene en Irak una connotación positiva".

Internacional Socialista sin consenso

Contra estas posturas se expresaron el resto de los ponentes, entre ellos el turco Deniz Baikal, que afirmó que la acción militar ha supuesto un grave desequilibrio. Por parte de Estados Unidos, el representante del Partido Demócrata Skip Roberts arremetió contra el gobierno de Bush que "está privatizando todo en Irak, incluso a veces de forma no legal" y se refirió a su presidente para decir que "hay algo en lo que Sadam y George Bush están de acuerdo: ninguno de los dos está a favor de los valores democráticos".

El presidente de la Internacional Socialista, Antonio Guterres, resumió la postura común de la IS en la actualidad en dos "principios sólidos", el enfoque multilateral para resolver problemas internacionales e "independientemente de nuestro desacuerdo en otros aspectos, la solidaridad con los partidos democráticos de Irak". Guterres mostró su respeto por los miembros de la Organización que apoyaron la intervención militar "por intereses legítimos de sus países", y recordó que "todos podemos colaborar" en la reconstrucción del país.

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