La portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, hizo una lista de los apoyos que ha perdido el Gobierno incluso dentro de sus filas haciendo especial sangre con Leguina o Juan Alberto Belloch. Cuando la bancada socialista empezó a protestar les espetó, "no se exciten, aún hay más".
“Ha perdido el apoyo del Parlamento, la confianza de los españoles y el respeto hasta dentro de su propio partido”. “Ya no les cree nadie porque ustedes sencillamente ya no creen en nada” y “no les respeta nadie porque ustedes ya no respetan nada”, añadió.
En la sesión de control al Gobierno, Sáenz de Santamaría acusó a la vicepresidenta primera, Fernández de la Vega, de confundir “las críticas de los propios con las de los ajenos”, en referencia a recientes declaraciones de destacados socialistas cuestionando la capacidad del Gobierno de Zapatero e incluso la del propio jefe del Ejecutivo. “Eso es que el Gobierno va rematadamente mal”, señaló la portavoz del PP, quien sostuvo que “el drama” del Ejecutivo es que “le falta proyecto y le sobran críticos”.
Además, la dirigente del PP recordó en su intervención que los socialistas “no han respetado ni uno sólo de sus compromisos”. “No respetan los pactos, ni siquiera el de Toledo; no cumplen sus acuerdos, ni los que rubrican con su firma, que se lo digan a los funcionarios”, subrayó.
“Por no respetar no respetan ni el BOE, porque colar como una errata lo que Zapatero confesó que era una auténtica rectificación, es simple y llanamente una falsedad”, señaló Sáenz de Santamaría, quien concluyó que el BOE es negociado del Gobierno, “su responsabilidad”, por lo que la vicepresidenta primera está “a la cabeza del descrédito”.
A De la Vega se la vio sin brío, sin gracia, sin respuestas y cansada. "El gobierno toma decisiones" porque es "responsable" y la oposición "la más irresponsable que ha tenido España en los últimos 30 años", fue todo lo que se le ocurrió responder. Volvió a los "ataques que estamos sufriendo" e incluso con balbuceos dijo que "ustedes (por el PP) van a lo suyo". "Todo por el voto", dijo y les acusó de estar en "huelga de brazos caídos", de no dar "un palo al agua" y de tener "calentón electoral". Aprovechando que estamos en tiempos de fútbol dijo que el PP, "como los malos equipos piden el final del partido", pero que todavía queda la "segunda mitad y la vamos a jugar" para no dejar "a la gente en la estacada". Qué Dios nos pille confesados.