(Libertad Digital) El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, dice ahora que la sentencia dictada por el Tribunal del 11-M satisface, "evidentemente", las expectativas de la Fiscalía, y lo hace, según él, entre otras cosas porque ha dejado "muy clara cuál es la verdad material de estos gravísimos hechos, la autoría y el explosivo utilizado para cometer este atentado". Sin embargo, antes de que la sentencia se hiciera pública, exactamente en la lectura, en sede judicial, de su informe final de conclusiones, Zaragoza mantenía que "daba igual" saber qué explosivo se había utilizado para cometer la masacre.
Sin entrar a analizar el aspecto de las penas a las que han sido condenados los acusados por el 11-M –prácticamente todas ellas han resultados inferiores a las que solicitaba el Ministerio Público–, los dos aspectos más relevantes que sostenía Olga Sánchez se han venido abajo en el fallo. Es el relativo a los considerados inductores, autores intelectuales o cerebros de los atentados y el referido al móvil de la matanza. Tres eran para la Fiscalía las personas que habían ideado y mandado ejecutar la masacre: Youssef Belhadj, Hasan el Haski y "El Egipcio". Los dos primeros sólo fueron condenados por pertenencia a organización terrorista y el último resultó absuelto.
En cuanto al móvil, la Fiscalía mantenía tajantemente que la intervención de España en la guerra de Irak fue la causa de los atentados. Pues bien, los jueces no lo han considerado así.
Ahora, dice Zaragoza en el ABC que "se ha suscitado un debate interesado en torno a esta supuesta autoría intelectual, término que la Fiscalía no utiliza en su escrito de acusación, sino que emplea el de la autoría por inducción. Ha sido el Tribunal el que ha hablado de autoría intelectual, que es un término incorrecto. La responsabilidad es de la Sala, no del Ministerio Público". E intenta colocarle el adjetivo de "autor por inducción" a Serhane El Tunecino, refiriéndose a la sentencia italiana contra El Egipcio, aunque nada de ello recoge la dictada por Guevara, García Nicolás y Bermúdez, que son los que, al fin y al cabo, han juzgado este atentado.
"No se ha explicado con suficiente claridad que entre los suicidados estaba una persona que, según la sentencia dictada por el Tribunal penal de Milán contra "El Egipcio", era el máximo ideólogo de este atentado, Serhane "El Tunecino", a quien sitúa por encima de Rabei Osman. De la decisión del tribunal de Madrid no cabe inferir que los atentados fueron cometidos por otras organizaciones terroristas de diferente signo. La Fiscalía no ha atribuido por ahora la autoría intelectual de los atentados de ETA a los máximos responsables de Al Qaeda".
A continuación el periodista le pregunta si considera decepcionante que la sentencia no vincule los atentados con la guerra de Irak, ni la célula del 11-M con Al Qaeda. Javier Zaragoza responde criticando al Tribunal: "Son dos circunstancias que efectivamente estaban en el escrito de acusación del Ministerio Fiscal. El problema es que la sentencia no recoge en su apartado de hechos probados dos cuestiones que hubiera sido interesante que introdujera: por una parte, la creación y evolución de la célula terrorista (...) y por otra parte, tampoco hace una referencia explícita clara al contenido de las reivindicaciones".
Aunque más adelante Zaragoza añade "la Fiscalía nunca ha tratado de buscar un móvil concreto del atentado".