
(Libertad Digital) Una de las acusaciones que recaían sobre Rafá Zouhier por los atentados del 11-M era haber dejado de informar a la Guardia Civil, un año antes de la masacre, del tráfico de explosivos. La Fiscalía pedía para él casi 40.000 años de cárcel, pero el Tribunal rebajó la pena a 10 años.
Según informa Manuel Marraco en El Mundo, el abogado del marroquí, Antonio Alberca, ha presentado ante el Supremo las denuncias que realizó Mario Gascón ante la Audiencia Nacional. El también confidente policial explicaba en ese escrito, entregado el pasado 14 de marzo, los motivos por los que no se había presentado como testigo en el juicio y desmentía las acusaciones de la Guardia Civil contra Rafá Zouhier en el juicio.
"He tenido conocimiento de que se me intentó citar como testigo en la vista, si bien no fue posible puesto que, debido a las amenazas del capitán Francisco Sacristán París, de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), el cual me apuntó incluso con un arma de fuego para que no hablase, así como por la brutal paliza que sufrí a las puertas de mi casa pocos días después, sin que dicha unidad se dignase a prestarme atención, me abocaron a tomar la decisión de buscar refugio fuera de nuestro país", afirma Gascón en su escrito de la Audiencia.
En la parte en la que se centra en Zouhier, Mario Gascón señala que "si bien uno de los motivos por los que se condenó a Rafá Zouhier es porque se afirma que no avisó a sus controladores de la UCO [...] respecto a que le había estallado un detonador en la mano, lo cierto es que ellos han mantenido, puesto que tenían pleno conocimiento, en tanto que fui yo mismo quien se lo comuniqué, lo que ocasionó que decidiesen ir a visitarle al hospital y comprobar dichos extremos". Y añade que la Benemérita "estaba al tanto de todos los pasos de Zouhier respecto al tráfico de la Goma 2 ECO". "Era imposible que realizara cualquier operación de tráfico de explosivos con Jamal Ahmidan a espaldas de la UCO".