(Libertad Digital) Soraya Sáenz de Santamaría comparecía ante la prensa el pasado miércoles con dos asunto fundamentales. La exigencia al PSOE, que ella misma planteó como irrenunciable, de que el PP tuviese ocupase la presidencia de cinco comisiones parlamentarias, una más que en la pasada legislatura, al haber logrado seis escaños más. Ayer viernes supimos que finalmente serán cuatro, las mismas que consiguió Zaplana hace cuatro. Sin embargo, Soraya estaba encantada con el "buen clima de entedimiento" con el portavoz socialista.
El otro asunto que planteaba Soraya era el del agua. Anunció que pediría la comparecencia urgente del presidente del Gobierno para que explicase su política de agua. En eso se ha quedado la reacción del grupo parlamentario popular. Según cuenta El Mundo, este viernes no había registrado ninguna proposición en este tema, solamente la petición de comparecencia.
Y es que la reunión del jueves de los diputados del PP finalizó sin ningún acuerdo, y la iniciativa que llevaba Soraya fue tumbada por los diputados –algunos ni siquiera la leyeron. La proposición no de ley, según la información de El Mundo, estaba redactada en términos más técnicos que políticos y era tan cómoda para el Gobierno, que hasta asumía la manipulación del lenguaje gubernamental y excluía la palabra trasvase.
La proposición de Soraya y su equipo se limitaba a pedir al Gobierno que "contemple sin apriorismos todas las alternativas técnicas para mejorar la gestión y reutilización de aguas, así como la transferencia de recursos hídricos sobrantes disponibles de las cuencas excedentarias a las deficitarias".