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Las próximas subprime: créditos empresariales y de consumo, aseguradoras, deuda pública...

 

Causa y evolución de la crisis financiera
 
La contracción crediticia internacional avanza a un ritmo vertiginoso. El estallido de las hipotecas subprime tan sólo fue un primer eslabón, por el camino ya han caído algunos instrumentos financieros, tales como los CDO o el papel comercial. Sin embargo, el virus de la política monetaria expansiva de los bancos centrales amenaza ya a varios frentes: Tanto hipotecas (subprime, alt-A, option ARM, prime y comercial), como deuda al consumo, deuda empresarial (en forma de bonos especulativos) o deuda pública, según advierte el Observatorio de Coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana.
 
LD (M. Llamas) La crisis crediticia internacional sigue su curso. El estallido de las hipotecas subprime en EEUU el pasado verano ha sido el primer eslabón de la contracción crediticia que vive el mercado internacional, provocando a su paso cuantiosas pérdidas en grandes entidades financieras. Tanto es así que, hasta el momento, ya se han sucedido cuatro importantes quiebras bancarias: Bear Stearns, Northern Rock, Waserbank,Duesseldorfer, entre otras entidades de menor tamaño.
 
Pero, según los expertos, el proceso apenas acaba de iniciarse. John Dugan, contralor de la moneda de Estados Unidos, afirmó recientemente en una entrevista al Finantial Times que “vamos a tener una ola de quiebras bancarias que superará la media histórica y que se incrementará con el paso del tiempo”.
 
Según el Observatorio de Coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana (OCE), la economía internacional avanza hacia un escenario de deflación e inflación al mismo tiempo. La tormenta perfecta para una crisis económica de gran envergadura, en el que los “bancos sufrirán”. En el primer caso (deflación), “sus créditos serán impagados, sin que lo sean sus deudas. En el segundo, aunque sus deudas se disuelvan, también se erosionarán por completo el valor de sus activos, que en su mayoría son créditos nominados en dólares. Por ello, la contracción crediticia (credit crunch) tiene muchas probabilidades de suceder” e, incluso, intensificarse a corto y medio plazo, advierte el OCE en su último boletín de coyuntura.
 
Sin embargo, el “estallido de las hipotecas subprime fue sólo un primer eslabón de esta contracción: luego llegó la crisis de algunos instrumentos financieros (como los CDO o el papel comercial) y ahora se abren varios frentes por donde esta contracción puede proseguir”, añade el OCE.
 
En EEUU existen diversas burbujas de activos que pueden explotar en cualquier momento. La acumulación de deuda afecta a distintos frentes: las hipotecas (subprime, alt-A, option ARM, prime y comercial), la deuda al consumo, la deuda empresarial (en forma de bonos especulativos) y la deuda pública”, advierte el OCE.
 
Burbuja inmobiliaria e impago de hipotecas
 
Según Robert Séller, analista del índice de precios de la vivienda de Standard & Poor´s, “es muy probable que el valor de los inmuebles en EEUU caiga otro 30 por ciento. Más que durante la Gran Depresión”, según informa el The Wall Street Journal.
 
Como consecuencia, aumentará, en gran medida, el volumen de deuda hipotecaria impagada: “Los defaults voluntarios de las hipotecas non-recourse(créditos sin garantia personal, en las que el deudor puede dejar vencer su hipoteca mediante la entrega de la vivienda al acreedor) se sucederán conforme el valor neto de las viviendas se vuelva negativo ante las caídas de precios. Asimismo, el aumento del desempleo incrementará las dificultades de los deudores para atender al repago de sus cuotas mensuales, lo que incrementará los impagos involuntarios de todas sus deudas”, incide el OCE.
 
Además, “a partir de 2009 comienzan a revisarse los tipos de interés de las hipotecas alt-A y option ARM para ajustarlos al LIBOR, de modo que surgirán nuevos impagos”.
 
Por ello, según estos expertos, “el problema de los impagos a los préstamos hipotecarios no está ni mucho menos solucionado”.
 
La insolvencia de las agencias aseguradoras
 
Las agencias monoline (principalmente Ambac y MGIA) también están sufriendo los coletazos de la crisis. Estas empresas de seguro vendían CDS para garantizar la solvencia de distintos productos financieros (como bonos hipotecarios o tranches de CDOs) y así rebajar el riesgo y el spread que sus emisores tenían que pagar a sus adquirientes.
 
“El problema es que emplearon un nivel de apalancamiento exagerado para hacer frente a sus obligaciones contingentes. Gracias a la expansión crediticia promovida por los bancos centrales, las agencias monoline confiaban en que ante un desembolso mayor del previsto, siempre serían capaces de recurrir a los mercados de capitales para captar capital, bien a través de emisiones de acciones, reaseguros o titulizaciones de deuda”. Sin embargo, “carecían de un ahorro genuino”, señala el informe.
 
“Las principales agencias monoline acumulan una deuda potencial de 3,3 billones de dólares, y apenas cuentan con unos fondos propios de 25.000 millones. Dicho de otro modo, sólo poseen 1 dólar por cada 132 de los que tienen asegurados. Por si esto fuera poco, las monoline concentraron una gran exposición de riesgo en el sector hipotecario y de productos financieros estructurados (CDOs)”, explica el OCE.
 
Las consecuencias no se han hecho esperar. Ambac ha provisionado 3.100 millones de dólares en subprime y ha perdido 1.660 millones de dólares (el 20 por ciento de sus fondos propios) en el primer trimestre de 2008.
 
“A finales de 2007, Ambac aseguraba bonos hipotecarios subprime por valor de 8.800 millones de dólares y CDOs de 29.200 y MBIA tenía una exposición a CDOs por importe de 30.600. Si comparamos estas cifras con unos tímidos fondos propios de 5.650 millones y 6.960 millones respectivamente, puede uno comprender la magnitud del riesgo en el que ambas monoline incurrían”, añade el boletín.
 
Tarjetas de crédito y préstamos al consumo
 
Sin embargo, también “se está forjando un incipiente problema con el impago de los créditos empresariales y al consumo que, aunque siguen estando en niveles muy reducidos, inevitablemente tendrán que aumentar conforme avance la crisis económica”.
 
Sirva como ejemplo los recientes resultados de American Express, con una caída en sus beneficios del 6,2 por ciento en el primer trimestre de 2008 en tasa interanual. Además, el negocio de tarjetas estadounidense registró un beneficio trimestral de 523 millones de dólares (335 millones de euros), un 19 por ciento menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior.
 
Mientras que las provisiones destinadas a cubrir pérdidas aumentaron un 52 por ciento hasta 881 millones de dólares (564 millones de euros), a causa de los mayores impagos y la creciente morosidad. Por su parte, Target ha provisionado impagos del 8,1 por ciento sobre sus ingresos de tarjetas de crédito.
 
El gran riesgo: la depreciación de deuda pública
 
Pero al impago de un gran volumen de deuda privada que se cierne sobre el horizonte, se suma ahora el creciente riesgo que conlleva la deuda pública. Según advierte el OCE, “el enorme montante de deuda que amenaza con explotar pone en jaque al dólar”.
 
La intensa depreciación del billete verde amenaza con producir una venta masiva de bonos estadounidenses, “ya que nadie quiere cobrar dentro de 10 años un dólar que valdrá cien veces menos”, en caso de que acontezca una repatriación de dólares a EEUU.
 
Además, el Gobierno federal “será incapaz de colocar esas ingentes cantidades de deuda pública (un déficit adicional de 500.000 millones de dólares), porque el dólar ya no funcionará como reserva de valor”, indica el OCE. De hecho, este fenómeno ya se está iniciando: los japoneses ya se están planteando no adquirir más deuda del Tesoro de EEUU, porque incluso resulta ya más rentable adquirir deuda del Gobierno japonés, informa Bloomberg. Los chinos también están realizando consideraciones similares.
 
Europa no está a salvo
 
Por último, Europa no está, ni mucho menos, a salvo. Los problemas por los que pasa EEUU en la actualidad son el resultado “de una serie de malas prácticas bancarias, alentadas por los bancos centrales y el dinero fiduciario de curso forzoso, que también han tenido lugar en Europa, si bien con cierto retraso”, advierte el Observatorio.
 
La contracción crediticia en Europa será también inevitable, “habida cuenta de que ha expandido su inversión muy por encima del ahorro”, tal y como ha sucedido en EEUU.

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