(Libertad Digital) "Estoy orgulloso de ser presentado como conservador entre los conservadores", con este frase comenzó su comparecencia el derrotado Mitt Romney durante las elecciones primarias y caucus del Super Martes. Una frase que le define y con la que pretendía marcar distancias con su hasta entonces adversario y ahora vencedor, John McCain.
Romney ha puesto en valor el gran apoyo obtenido durante las primarias, aunque ha reconocido que era insuficiente para ser proclamado candidato. Los republicanos necesitan 1.191 delegados, la mitad más uno, para ser proclamados candidatos presidenciales en la Convención Nacional de septiembre.
El ex gobernador de Massachussets, no obstante, ha superado los cuatro millones de votos y ha sido mayoritario en once estados, frente a los trece de McCain. En la defensa de su programa profundamente reformista, ha dicho que "a menos que el país cambie de dirección nos vamos a convertir en la Francia del Siglo XXI", tras una gestión de Bush marcada por el un aumento sin precedentes del gasto público. También ha apelado a Ronald Reagan como uno de sus referentes. Otro aspecto que le diferencia de McCain, más cercano a figuras como Eisenhower.
En un gesto de patriotismo, ha dicho que renuncia al "egoísmo" y "en este tiempos de guerra no puedo dejar que mi campaña ayude a los terroristas", dejando que gane un candidato demócrata y retire a EEUU de la guerra contra el terror. Por eso, por el bien del partido, ha dicho, que se retira de la carrera presidencial. Para terminar expresó su deseo de que "EEUU siga siendo la esperanza del mundo".
En Washigton se dice que entre los elementos que han perjudicado la candidatura del ex gobernador se encuentra internet. En la página de You Tube se colgaron videos de su etapa como gobernador en la que mantenía un discurso en cuestiones sociales, distinto al que ha proclamado como candidato presidencial.
En esta carrera, las Nuevas Tecnologias se han convertido en una herramienta fundamental tanto para movilizar el voto, crear debate, como para captar fondos. En este punto, Barack Obama se ha revelado como una máquina recaudadora; Hillary Clinton, en cambio, se ha visto obligada a rascarse el bolsillo. Lo que de alguna forma puede ser un dato sintomático en la batalla demócrata.