L D (Agencias) Cuando la Policía iba a desalojarle de la celda para proceder al registro, un funcionario de prisiones observó que Beresmail llevaba algo en los bolsillos que suscitó sus sospechas. Por ello, según ha adelantado Europa Press, le ordenó que vaciase todo el contenido y descubrió los papeles con las anotaciones referentes a los dos sanguinarios etarras.
Instituciones Penitenciarias ha anunciado que esta semana realizará una investigación pormenorizada para conocer si a lo largo de su estancia en la cárcel de Villabona Beresmail ha tenido algún tipo de relación con los terroristas Parot e Iragi. De esta forma puntualiza lo filtrado precipitadamente por Interior a la Agencia EFE. Este sábado, la agencia estatal de noticias informaba de que la Policía había investigado si hubo relación entre el preso islamista y los dos etarras y había concluido que no existió.
Vinculado al "emir" del 11-M hasta cinco días antes de los atentados
Beresmail, aislado en su celda por estar implicado en la célula terrorista que pretendía volar la Audiencia Nacional, recibió el pasado 6 de marzo un giro de 150 euros de Allekema Lamari, el último de los suicidas de Leganés identificado y considerado el "emir" de la célula del 11-M.
Ambos ingresaron en prisión en 1997, acusados de pertenecer al Grupo Islámico Armado. Como ha publicado El Mundo, Beresmail coincidió en la cárcel de Villabona con el dirigente de Jarrai Juan Luis Camarero. Ambos mantuvieron una estrecha relación, según se desprende de una conversación intervenida entre Camarero y el colaborador de ETA Joseba Iñaki Bereciartúa pocos días después de los atentados contra las Torres Gemelas.
Entonces, el dirigente abertzale se refería al terrorista islámico en los siguientes términos: “Es la leche. Es un tío superserio. Este es de los que, en cuanto salga, va con una bomba encima. Yo me llevo superbien con él. Todo lo que sea guerra, de puta madre. Para él hay cosas que nosotros hacemos muy mal. Según él, tu pones la bomba y no tienes que avisar. Tiene que haber muchos muertos. Y ésa es la historia, otro concepto. Mira lo que han hecho... Para mí, chapeau”. Aludía a los recientes atentados del 11-S.
Esta conversación fue remitida al Gobierno por los servicios de información un día después del 11-M junto con otros documentos que avalaban la posible relación entre ETA y el terrorismo islamista.