L D (EFE) Tanto Barcelona como Valencia salieron convencidos de que sólo desde la máxima entrega podrían plantarle cara al rival y se impusieron un nivel de exigencia que dio calidad al partido. Los valencianistas optaron por establecer una fuerte presión muy adelantada, mientras que Frank Rijkaard puso a trabajar a sus figuras para crear ocasiones de gol. Primero fue Deco quien, a los nueve minutos, recorrió el campo para cederle el balón a Samuel Eto'o y asistir a un regate en seco del camerunés con posterior disparo abortado por el rival. Los jugadores de Ranieri hicieron buenos sus recursos para que la segunda parte comenzase con el resultado con el que dio inicio el encuentro, aunque lo pagó con un par de tarjetas amarillas para David Navarro y Marchena.
El dominio del Barcelona continuó tras el descanso, aunque las ocasiones ante Cañizares llegaban con menor fluidez, una vez que el Valencia admitió con su juego que firmaba el 0-0 y tapó todos sus huecos en defensa. Sin embargo, un mal rechace de Xavi en el minuto diecisiete dejó al único punta del Valencia, Fiore, en solitario ante Valdés, al que batió con solvencia. Todavía se le pusieron mejor las cosas al equipo de Ranieri cuando Víctor Valdés vio la cartulina roja directa por utilizar las manos fuera del área para robarle un balón a Angulo. El Barcelona, como siempre que se ha visto en la cuerda floja, tuvo que recurrir a Ronaldinho y el brasileño recogió el testigo, forzó una caída en el área y transformó el penalti señalado por el árbitro. El partido perdió la cordura en los instantes finales, en los que el Valencia buscaba el contragolpe en base a su superioridad numérica, mientras que el conjunto de Rijkaard se volcaba en ataque pese a contar con un jugador menos.
RACING DE SANTANDER 2 - REAL MADRID 3
Sorprendió García Remón con una alineación en la que a la anunciada ausencia de Ronaldo, que se quedó en Madrid por una contractura, añadió las de Roberto Carlos y David Beckham, sentados en el banquillo para que formaran en el equipo titular Raúl Bravo y el canterano Javi García. Con estos mimbres y bajo la dirección de Guti, en el arranque de partido al Real Madrid le costaba salir con el balón controlado ante un Racing que presionaba arriba. La mayor ambición y concentración del Racing dio su fruto en un saque de falta de Javi Guerrero al segundo palo, donde Oriol superó a la defensa en el salto habilitando a Benayoun para que marcara de cabeza, todo ello ante la pasividad de los centrales del Madrid.
No le duró mucho la alegría al equipo de Lucas Alcaraz, ya que diez minutos después el Real Madrid empataba en un saque de esquina botado por Zidane, que remató en semifallo Helguera, pero Owen demostró su olfato de gol saltando por encima de un defensa para marcar de cabeza. Tras el descanso, que no aprovechó García Remón para reestructurar un equipo que no estaba jugando como tal, el Racing dio un nuevo zarpazo, con una entrada por banda izquierda de Benayoun, quien centró en horizontal hacia el punto de penalti, donde Javi Guerrero remató a placer a las mallas. Pero se repitió el guión y de nuevo empató el Real Madrid diez minutos después de encajar un gol, gracias al oportunismo de Raúl. Pero al final, Zidane marcó de cabeza un gol que dio una inmerecida victoria al Real Madrid ante un Racing que hizo todo para ganar y que acabó encajando una derrota que le acerca a los puestos de descenso.
LEVANTE 1 - ALBACETE 1
Los dos equipos salieron al terreno de juego con el mismo propósito, impedir que el rival hiciera circular cómodamente el balón, por lo que se aplicaron a una presión asfixiante en el medio del campo, que propició un descontrol en el dominio del juego por las pérdidas constantes de posesión de balón. El primer gol del encuentro lo provocó Pacheco, al lanzar una falta al palo que remachó desde la línea de gol Gaspar. Durante toda la primera parte, el único equipo que le dio sentido al juego fue el Albacete, que maniató perfectamente un Levante que se encontró con el empate a cuatro minutos del descanso, cuando Culebras se encontró un balón suelto en el área y aprovechó la única ocasión de su equipo en este periodo.
Aunque el Levante intentó tomar el mando del partido en la reanudación, la buena disposición de los manchegos y la desafortunada tarde de Sandro y Jofre, convirtieron el arranque del segundo periodo en una repetición de lo ya visto en la primera mitad. A raíz de una jugada muy protestada por el levante al árbitro, el equipo de Schuster se encoraginó y convirtió el partido en una hazaña épica. Encerró al Albacete en su área y lo transformó en un equipo vulgar, sólo preocupado de conservar el empate y muy alejado del talante de equipo aseado que había demostrado hasta entonces.