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Un documento de la Policía Científica sobre el vínculo entre ETA y el 11-M fue falsificado por Interior

Pese al evidente interés del Colegio de Periodistas de Cataluña de que se deje de informar sobre el 11-M, este jueves los tres medios acusados por ese colectivo dan nuevas luces al respecto. Mientras Libertad Digital apunta que al menos seis de los siete móviles utilizados en los atentados fueron activados en noviembre de 2003, información que dista de la versión oficial, El Mundo ha revelado que el Ministerio del Interior falsificó un documento elaborado por la Policía Científica –entregado al juez Del Olmo el 29 de marzo de 2005– en el que se reflejaba los posibles lazos entre ETA y la masacre de Madrid tras encontrar una sustancia poco frecuente –ácido bórico– en dos lugares diferentes. Por su parte en la COPE, Eduardo Zaplana ha defendido el derecho de conocer la verdad de la masacre.

Pese al evidente interés del Colegio de Periodistas de Cataluña de que se deje de informar sobre el 11-M, este jueves los tres medios acusados por ese colectivo dan nuevas luces al respecto. Mientras Libertad Digital apunta que al menos seis de los siete móviles utilizados en los atentados fueron activados en noviembre de 2003, información que dista de la versión oficial, El Mundo ha revelado que el Ministerio del Interior falsificó un documento elaborado por la Policía Científica –entregado al juez Del Olmo el 29 de marzo de 2005– en el que se reflejaba los posibles lazos entre ETA y la masacre de Madrid tras encontrar una sustancia poco frecuente –ácido bórico– en dos lugares diferentes. Por su parte en la COPE, Eduardo Zaplana ha defendido el derecho de conocer la verdad de la masacre.
(Libertad Digital) Según la noticia firmada por Casimiro García-Abadillo, expertos de la Policía Científica encontraron ácido bórico en el domicilio de Hasan Haski, calificado por la juez Olga Sánchez como unos de los instigadores de los atentados . Esta sustancia –que los expertos califican de "extraña"– sólo había sido hallada antes en un piso franco de ETA encontrado en Salamanca que había sido alquilado por los terroristas Ana Belén Gurruchaga y Aitor García Aliaga.. Ante esto, los tres peritos elaboraron un informe en el que apuntaban observaciones sobre la posible relación entre los dos hallazgos.
 
Estos datos aparecieron en el primer documento entregado por los expertos. Sin embargo, el informe que fue remitido el 29 de marzo de 2005 por la Policía al juez Del Olmo no era el mismo y estaba firmado por un solo mando mientras el anterior tenía tres firmas. En el informe "falsificado" –que tenía el mismo número de referencia que el original, 48-Q3-05– no aparecía ninguna de las observaciones de la Policía Científica. Entre ellas, se indicaba que "dado lo poco frecuente en que esta sustancia ha sido intervenida en hechos terroristas y a que nosotros ignoramos su verdadera aplicación en relación con estos hechos, existen varias posibilidades, tales como: conservante de los explosivos de tipo orgánico, enmascarar el explosivo para no ser detectado por los perros especialistas en detección de explosivos, etc., nos lleva a la posibilidad de que el autor/autores de estos hechos estén relacionados entre sí y/o hayan tenido un mismo tipo de formación y/o sean el/los mismo/s autor/es".
 
Según El Mundo, la falsificación fue descubierta hace poco meses, cuando en julio el ministro Rubalcaba pidió todos los escritos sobre los explosivos utilizados en los atentados del 11-M. En ese momento, se descubrió en el servicio de documentación el "cambiazo" de informe. Esto iría en contra de lo que Rubalcaba señaló ante el Congreso el 13 de septiembre. Dijo entonces que no había informe alguno de la Policía sobre la relación entre ETA y los atentados. El diario de Pedro J. Ramírez ha remitido estos documentos y pruebas a la Audiencia Nacional para que actúe en consecuencia.
 

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