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Marina lamenta la "belicosidad" de las críticas a EpC pero pide un "debate serio" al Gobierno

El catedrático de Filosofía José Antonio Marina ha advertido de que el grado de "politización" que se está alcanzando en la asignatura Educación para la Ciudadanía está "destruyendo" la materia incluso antes de comenzar a impartirse. Marina ha lamentado que ésta "ya esté sometida a una especie de amenaza" –por la "belicosidad" de las críticas– y a la vez ha pedido responsabilidad al Gobierno para que se enfrente a un "debate serio" y no a un "quién gana".

El catedrático de Filosofía José Antonio Marina ha advertido de que el grado de "politización" que se está alcanzando en la asignatura Educación para la Ciudadanía está "destruyendo" la materia incluso antes de comenzar a impartirse. Marina ha lamentado que ésta "ya esté sometida a una especie de amenaza" –por la "belicosidad" de las críticas– y a la vez ha pedido responsabilidad al Gobierno para que se enfrente a un "debate serio" y no a un "quién gana".
L D (Europa Press) Antes de pronunciar una conferencia sobre educación moral en el curso Educación para la Ciudadanía organizado por la Escuela de Verano de la Universidad Complutense de Madrid, el catedrático de Filosofía y ensayista José Antonio Marina advirtió de que se está "destruyendo" la asignatura de Educación para la Ciudadanía desde distintas instancias.
 
"Esta belicosidad en la crítica de la asignatura hace que, aunque quede, ya va a servir para muy poco, ¿y quién ha tenido la culpa?", se preguntó Marina. A su entender, aunque la asignatura continúe tras las elecciones de 2008, ya está sometida "a una especie de amenaza".
 
Ante el supuesto de que el PP retirara de las escuelas la asignatura si resultara ganador en los comicios de próximo año, Marina lamentó que esto es hacer con la educación un "tío vivo". "Lo hizo mal el PSOE al cambiar la ley, ¿y lo va a hacer mal el PP al cambiar la ley?. No se puede estar cambiando una ley cada cuatro años, esto paraliza la educación, desmoviliza a la gente y produce un sentimiento de qué están haciendo con nosotros", se quejó.
 
"España necesita una profunda educación ética"
 
A su juicio, hoy España "necesita una profunda educación ética para los alumnos" porque los adultos hoy "no podemos resolver sus problemas". "Lo que tenemos que hacer es proporcionarles los recursos intelectuales, afectivos y éticos necesarios para que cuando pasen a la fase adulta tengan capacidad para enfrentarse seriamente a los problemas", indicó. Consideró además que en una sociedad tan individualista necesitamos "recuperar la conciencia de que vivimos en sociedad".
 
Argumentó que "sólo hay que mirar cómo está la calle" y los problemas sociales a los que se enfrenta la nueva generación: la droga, la violencia, el fracaso escolar y la falta de civismo, entre otros. "Si a esto le unes el sentimiento de que todo vale, el que no crean que tengan que dar explicaciones por sus actos, el desinterés por la política y el que se estén acostumbrando a la corrupción como forma de vida, yo creo que es absolutamente imprescindible la asignatura en las escuelas", afirmó.
 
Responsabilidad compartida de padres y escuelas
 
Respecto a si la educación en valores que enseña la asignatura no los imparte ya la familia, Marina respondió tajante: "Me parece estupendo que la den los padres, pero la escuela está teniendo que hacerse cargo de cosas que las familias no hacen". Matizó en este punto que "hay una educación que corresponde al sistema educativo, la que se refiere a los valores éticos fundamentales en un Estado de Derecho y una sociedad democrática".
 
Marina enfatizó que "la amenaza" no está en la asignatura sino en que los chicos de hoy "no tengan una educación". "Esto no es una injerencia en los derechos de los padresa  educar a sus hijos, sino un derecho paralelo". Indicó que existe otro derecho más fundamental: "El derecho de los hijos a ser bien educados".

En este sentido, recalcó que las nuevas generaciones deben "reconocer, aceptar y cumplir" los valores éticos y fundamentales de la convivencia en democracia, lo que, a su entender, "no se puede dejarse a la buena intención de los padres". "¿Quién enseña el lenguaje a los hijos?, los padres, y entonces ¿no vamos a enseñar gramática en las escuelas?", argumentó. A su enteder, dichas críticas sólo "ahondan" en la brecha entre las familias y la escuela, algo, a su juicio, "muy grave", porque los profesores "no son los enemigos de las familias".

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