L D (Carlos Morenilla/Valencia) Siempre que me equivoco de camino, además, pillo un atasco. Eso debe pensar Ernesto Bertarelli después de la tercera regata del America´s Cup Match.
La prueba, tal vez, no debió haberse celebrado. A las tres de la tarde, hora prevista para el inicio, el viento era flojo e inestable. El árbitro principal aplazó la regata media hora. Pasado ese tiempo se inició el procedimiento de salida y cuando los barcos ya habían entrado en la zona de presalida, el juez volvió a aplazarla porque la dirección del viento era muy cambiante. El límite para que se pueda celebrar la prueba termina a las cinco, y no faltaban más de dos minutos, cuando por fin los barcos fueron llamados a la competición.
En estas condiciones, Alinghi era el más perjudicado y sus aficionados no presagiaban nada bueno. En el espectacular yate de Ernesto Bertarelli estaban invitados a presenciar la prueba el actor Michael Douglas y su esposa Catherine Zeta-Jones, que debieron soportar estoicamente las dos horas de aplazamiento.
La presalida
Los dos actores principales Ed Baird, de Alinghi, y Dean Barker, de New Zealand, se han ajustado en todo a sus papeles y han hecho lo previsto, navegar muy rápido, perseguir al contrario, para que al final Alinghi ganase la posición de salida como ha hecho hasta ahora. Pero en esta ocasión no ha dejado libre al neozelandés y lo ha obligado a realizar una maniobra evasiva, que ha permitido al suizo salir con 8 segundos de ventaja.
La regata
Ocho segundos son una ventaja suficiente para ganar cualquier regata normal. Pero hoy nada era normal. El viento era una lotería en dirección e intensidad. En esas condiciones lo mejor es permanecer lo más cerca posible de tu rival, sobre todo si vas delante, para así tener sus mismas condiciones de navegación.
Pero esa lección debieron saltársela los tripulantes de Alinghi que dejaron completamente libre a su rival por el lado opuesto del campo de regatas. Así que después de liderar los primeros minutos la prueba, New Zealand encontró más viento y en mucha mejor dirección. Entonces la regata se convirtió en un tormento para Alinghi, su rival se adelantó ¡cuatrocientos metros!.
En la primera boya pasaron a ¡un minuto y veintitrés segundos!. La regata estaba más que perdida. No desfallecieron los suizos esperando un milagro, y en el tramo de navegación de popa recortaron hasta situarse a un minuto. Entonces se produjo el milagro que esperaban: a New Zealand se le enredó el Spi entre los cabos de la maniobra y no podía cambiar de bordo además de estar frenado por la gran vela. Alinghi no desaprovechó la ocasión y remontó hasta pasar por la tercera boya con varias esloras de ventaja.
Sólo faltaba el último tramo de navegación de popa. En el anterior habían remontado casi doscientos metros y ahora llevaban cien de ventaja, todos preveíamos la victoria de defensor y sus aficionados se preparaban para aplaudir su espíritu de lucha y su gran remontada. Pero ante las atónitas miradas de los espectadores apostados ante las grandes pantallas del Port America´s Cup, vimos cómo Alinghi volvía a marcharse al lado contrario del campo de regatas para que otra vez los kiwis encontraran la racha de viento que les llevó a la victoria.
Alinghi ha ganado una regata de las tres, pero lo peor es que ha sido sólo él el que ha conseguido perder las otras dos. En la retrasmisión en directo, se ha visto a Bertarelli muy contrariado con las decisiones de su patrón y no sería descabellado que mañana hubiera sorpresas en la alineación suiza.
Resultado:
Alinghi 1
New Zealand 2