LD (EFE) Al menos veinticinco personas murieron y cuarenta resultaron heridas en un atentado con coche-bomba en la estación de autobuses de Bayaa, en el sur de Bagdad. Según las fuentes, el estallido se produjo a primera hora de la mañana en plena hora punta cuando un gran número de personas esperaba en la estación para viajar a otras provincias del país.
Los equipos de rescate buscan ahora supervivientes atrapados entre los escombros causados por la explosión. Cerca de cuarenta vehículos que había aparcados en la estación cuando se produjo el estallido resultaron calcinados y también ha habido importantes daños materiales en los edificios colindantes a la central de autobuses.
Por otro lado, al menos dos personas murieron y doce resultaron heridas por impacto de morteros en una zona comercial en el barrio de Shorya, en el centro de Bagdad, según fuentes policiales iraquíes. Además, un total de veintiún cadáveres con numerosos impactos de bala fueron hallados por la Policía en diferentes áreas de la capital iraquí.
Según las fuentes, los cuerpos, maniatados y con los ojos vendados, no poseían documentos de identificación, por lo que fueron trasladados al principal deposito de cadáveres de la capital iraquí para ser identificados por sus familiares.
Este martes, las fuerzas de seguridad encontraron un número similar de cuerpos de personas acribilladas a tiros y con señales de haber sido torturadas. Los miles de cadáveres encontrados en Bagdad y otras zonas de Irak en los últimos dieciséis meses pertenecen a personas asesinadas en el marco de la violencia que protagonizan chiíes y suníes desde febrero de 2006, y que se desató tras un atentado que destruyó la cúpula de un importante mausoleo chií al norte de Bagdad.
Según las fuentes, los cuerpos, maniatados y con los ojos vendados, no poseían documentos de identificación, por lo que fueron trasladados al principal deposito de cadáveres de la capital iraquí para ser identificados por sus familiares.
Este martes, las fuerzas de seguridad encontraron un número similar de cuerpos de personas acribilladas a tiros y con señales de haber sido torturadas. Los miles de cadáveres encontrados en Bagdad y otras zonas de Irak en los últimos dieciséis meses pertenecen a personas asesinadas en el marco de la violencia que protagonizan chiíes y suníes desde febrero de 2006, y que se desató tras un atentado que destruyó la cúpula de un importante mausoleo chií al norte de Bagdad.