LD (EFE) El presidente de EEUU, George Bush, perdonó la pena de dos años y medio de cárcel a la que había sido condenado el ex alto funcionario Lewis Libby, aunque mantuvo la multa de 250.000 dólares y los dos años de libertad condicional. Este anuncio se produjo horas después de que un tribunal de apelaciones de Washington rechazara el recurso interpuesto a mediados de junio para retrasar su entrada en prisión, lo que implicaba el ingreso inmediato en la cárcel del ex asesor.
El antiguo jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney fue sentenciado en marzo a dos años y medio de prisión por mentiras y obstrucción a la justicia en una investigación relacionada con la filtración a la prensa de la identidad de la ex espía de la CIA, Valerie Plame. Su nombre salió publicado en la prensa en julio del 2003, poco después de que su marido acusara a la Casa Blanca de utilizar argumentos falsos para justificar la guerra de Irak.
En un comunicado de prensa, el presidente recordó que se había comprometido a no intervenir en el caso hasta que se hubieran agotado todas las apelaciones. "Pero con el (...) inminente encarcelamiento, creo que es importante ahora reaccionar a esta decisión", aseguró y agregó que había valorado "cuidadosamente" los argumentos de los defensores y detractores de Libby antes de tomar una decisión.
El presidente señaló que aunque respeta "el veredicto del juez, he concluido que la sentencia de Libby es excesiva, por lo que conmuto la porción de la sentencia que hubiera requerido que pasara treinta meses en prisión". Añadió que pese a ese perdón, el ex funcionario todavía recibirá un "duro" castigo.
La decisión de Bush recibió duras críticas de los demócratas. "A medida que se aproxima el Día de la Independencia (que se celebra en EEUU el 4 de julio) hemos de recordar que uno de los principios por los que lucharon los padres de nuestra nación fue el de la justicia igualitaria", señaló el senador demócrata por Nueva York, Charles Schumer, miembro del Comité Judicial del Senado.