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Musharraf alerta que combatirá a los islamistas "en todos rincones" de Pakistán

El presidente de Pakistán, el general Pervez Musharraf, defendió la operación militar contra la Mezquita Roja de Islamabad y aseguró que combatirá y destruirá el islamismo "en todos los rincones" de Pakistán. Respecto a la confusión sobre el número de bajas, Musharraf aseguró que cayeron 10 soldados y 75 radicales, frente, a los casi 300 que apuntaban los servicios secretos pakistaníes.

L D (EFE) "No permitiremos que esto pase de nuevo", garantizó Musharraf en un discurso televisado a la nación, en el que se mostró "triste" por la pérdida de vidas humanas en el asalto del martes al recinto religioso, y aseguró que el número de víctimas había sido mayor por demorar la operación para dar una última oportunidad al diálogo.
 
El presidente dijo que la Mezquita y la Jamia Hafsa, la madrasa femenina contigua, se habían convertido en un "lugar de guerra" desde el que se lanzaban constantes provocaciones al Gobierno, materializadas en secuestros o destrucciones de edificios oficiales.
 
Citó el secuestro de ciudadanos chinos, acusados de regentar un burdel por parte de los estudiantes de los seminarios, que calificó de "incidente vergonzoso", y que complicó las relaciones con el "mejor amigo" de Pakistán. China, insistió, "nos ha ayudado siempre en las situaciones difíciles", y nos ha brindado su apoyo tanto financiero como de defensa.
 
Con gesto adusto y ojeras marcadas, el presidente fue recordando los días de sitio militar a la mezquita y todos los intentos infructuosos de negociaciones con el líder de los atrincherados, el clérigo Rasheed Ghazi, muerto en el asalto.
 
Pese a la "presión" para que actuara y las "acusaciones" de connivencia con los integristas de la mezquita, el Gobierno demostró, dijo Musharraf, "paciencia y contención" para salvar las vidas de las mujeres y los niños rehenes en el interior del recinto.
Musharraf explicó que durante diez horas se intentó una última negociación para ver si Ghazi "entraba en razones". Relevó que, en ese esfuerzo, el asalto a la mezquita se demoró unas horas, lo que "desafortunadamente, causó más víctimas".
 
El presidente cifró en 10 los soldados murieron y 35 resultaron heridos en la operación, en la que "fueron abatidos 75 extremistas". Lo que suma un total de 85  personas frente a los casi 300 que aseguran que han fallecido los servicios secretos pakistaníes, de los cuales, 125, dicen las mismas fuentes, eran "estudiantes".
 
"Estoy verdaderamente triste de que hayamos tenido que sufrir la muerte de estas personas", añadió, tras haberlos calificado como "gente que se había apartado del camino".
 
Musharraf destacó que la actuación contra la Mezquita Roja no ha puesto fin a los focos de radicalismo en el país, y constató que ésta tenía "relaciones" en zonas de la frontera con Afganistán en las que el Gobierno reforzará a las fuerzas de seguridad.
 
"El extremismo y el terrorismo serán destruidos en todos los rincones de Pakistán", aseguró, para pedir su apoyo a la nación y en particular a quienes dirigen mezquitas y madrasas para que "enseñen la verdad" del Islam y aparten a sus alumnos del radicalismo.
 
La oposición cree que hay más víctimas
 
El líder de la alianza islamista Muttahida Majlis-e-Amal (MMA), Fazaulr Rehman, calculó que durante el asalto murieron "al menos 1.000 estudiantes", tras asegurar que en el complejo había más de 2.200 el día que comenzó el cerco y que sólo 1.250 se rindieron antes del ataque militar.
 
Este jueves empezó el entierro masivo de cadáveres en un cementerio de Islamabad, al que no se permitió el acceso a familiares. El Gobierno dijo haber efectuado análisis post-mortem y tomado huellas dactilares de las víctimas para su posterior identificación.
 
Por último, la prensa tuvo este jueves por primera vez acceso al recinto, donde altos mandos del Ejército les mostraron ametralladoras, cohetes, cinturones con explosivos, minas, granadas y otro armamento que afirmaron pertenecía a los atrincherados.

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