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El libro de caja de los hindúes detenidos el 13-M fue rehecho después de los atentados

Tal como revelábamos hace unos días, las contradicciones en los datos y las declaraciones recogidos en el sumario apuntan a que la historia de la liberación de unos teléfonos móviles para usarlos como iniciadores de las bombas del 11-M podría ser un montaje. Como hoy desvelamos, el posible montaje no se queda ahí: los errores contenidos en el libro de caja de la tienda donde supuestamente se habían vendido esos móviles indican que ese libro de caja fue rehecho a partir de otro libro anterior, lo que abriría la puerta a que en realidad toda la historia de esos móviles usados en las bombas del 11-M fuera falsa.

Cosas que no cuadran
Tal como revelábamos hace unos días, las contradicciones en los datos y las declaraciones recogidos en el sumario apuntan a que la historia de la liberación de unos teléfonos móviles para usarlos como iniciadores de las bombas del 11-M podría ser un montaje. Como hoy desvelamos, el posible montaje no se queda ahí: los errores contenidos en el libro de caja de la tienda donde supuestamente se habían vendido esos móviles indican que ese libro de caja fue rehecho a partir de otro libro anterior, lo que abriría la puerta a que en realidad toda la historia de esos móviles usados en las bombas del 11-M fuera falsa.
Los enigmas del 11-M (36).  El libro de caja
 
Luis del Pino. En el artículo anterior veíamos que todos los datos apuntan a que no es verdad que los hindúes detenidos el 13-M hubieran comprado una partida de 80 teléfonos Trium, como nos dijeron. Y que tampoco era verdad que hubieran liberado 20 de esos teléfonos en la tienda del policía Kalaji, como nos dijeron.
 
La pregunta que quedó en el aire es: ¿vendieron esos hindúes, al menos, esos teléfonos Trium que nos dicen que fueron usados en las bombas del 11-M? ¿Vendieron esos teléfonos Trium a unos supuestos búlgaros, teléfonos que habrían acabado siendo utilizados con las famosas tarjetas Amena supuestamente vendidas a través del locutorio de Jamal Zougham?
 
El análisis del libro de caja de esa tienda de los hindúes donde supuestamente se compraron los teléfonos Trium revela que, en realidad, toda la historia era falsa. Y que ese libro de caja fue muy probablemente manipulado, con el fin de añadirle las anotaciones correspondientes a los teléfonos Trium.
 
Los apuntes del libro de caja
 
Ese libro de caja, escrito a mano por uno de los hindúes (al parecer el hermano de Suresh Kumar) está incluido en el Tomo 8 del sumario. Esto es lo que declaró el hermano de Suresh Kumar ante el juez Del Olmo el 23 de abril de 2004, con respecto a la manera en que se elaboraba el libro de caja en la tienda:
 
  • Que las anotaciones no las realiza conforme va realizando las ventas, él cuando vienen las personas a comprar si se juntan tres o cuatro realiza las ventas, conserva los tickets y después cuando tiene tiempo libre lo apunta.
 
Es decir, que el hindú iba realizando ventas y sacando el ticket correspondiente. Luego, cuando había algún momento de respiro, apuntaba en el libro de caja los tickets pendientes de anotar. Es un procedimiento bastante lógico en una tienda de este estilo.
 
Sin embargo, el libro de caja contiene una serie de errores que demuestran que al menos varias de las hojas del libro no fueron confeccionadas a partir de los tickets de compra, sino que fueron copiadas a partir de otras hojas anteriormente existentes. Lo que se deduce de ello es que, con toda probabilidad, alguien obligó al hindú a que rehiciera parte de las hojas de libro.
 
Veamos algunos ejemplos de esos errores a los que nos referimos. Para entender cómo pudieron llegar a producirse esos errores de copia, póngase el lector en situación: imagine que alguien le obliga a rehacer varias de las hojas del libro de caja, copiando los datos (convenientemente modificados) en otras hojas en blanco, que luego serán insertadas en el libro de caja original en sustitución de las hojas antiguas. Imagínese que usted tiene que ir haciendo esa labor de copia sometido a una gran tensión y que tiene que ir pasando los datos hoja a hoja.
 
ERROR NÚMERO 1: Continúa copiando la hoja siguiente en la misma hoja
 
Observe el lector las anotaciones correspondientes a los días 10 y 12 de enero de 2004 (folios 1951 y 1952 del sumario). Como puede verse, al terminar de copiar la hoja correspondiente al sábado 10, la persona que estaba copiando el libro se equivoca y continúa copiando en la misma hoja los apuntes correspondientes al lunes 12 (con una sola omisión, de un apunte de venta de unas pilas Duracell):
 

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Tratemos de imaginar una explicación benévola. ¿Podría ser que, al llegar el lunes 12 de enero a trabajar, el hindú no se diera cuenta y empezara a anotar las ventas del lunes en la hoja correspondiente al sábado? Resulta difícil de creer, porque lo normal es que se diera cuenta, al hacer la primera anotación del día, de que estaba escribiendo en una hoja ya rellena. Además, el hecho de que el total del sábado aparezca después de las anotaciones tachadas exigiría que el sábado el hindú se hubiera olvidado de totalizar las ventas del día. Es poco verosímil pero, de todos modos, vamos a admitirlo como posible.
 
Veamos el siguiente ejemplo
 
ERROR NÚMERO 2: Comienza a copiar de nuevo una hoja ya copiada
 
Observemos ahora las anotaciones correspondientes al día 5 de enero de 2004. Como puede verse, al cambiar de hoja, la persona que estaba copiando el libro se equivoca y comienza a escribir de nuevo los datos de la hoja anterior. Al darse cuenta del error, los tacha y continúa copiando los datos de la hoja siguiente.
 

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Tratemos, de nuevo, de imaginar una explicación benévola. Podemos, por ejemplo, pensar que ocurrió lo siguiente:
 
  • El hindú anota una serie de ventas y deja los tickets en un montón.
  • Efectúa luego otra serie de ventas (sin anotarlas), dejando los tickets en el mismo montón.
  • Luego, a la hora de anotar esa segunda tanda de ventas, coge el montón completo de tickets y comienza de nuevo a anotar desde el principio del día.
  • Al darse cuenta de su error, tacha las anotaciones, busca en el montón el primer ticket no anotado y continúa anotando las ventas correctamente.
 
¿Podría haber sucedido esto? Sería posible, pero de nuevo resulta poco verosímil, por dos motivos. En primer lugar, por la casualidad de que este error se produzca al principio de la hoja. Si esa explicación benévola fuera cierta, el error se hubiera podido cometer en cualquier punto de la hoja, no necesariamente al principio. El hecho de que el error se produzca al principio encaja mejor con la hipótesis de que el hindú estaba copiando de una hoja a otra. En segundo lugar, cabría esperar que, si la explicación benévola fuera cierta, este tipo de error se hubiera repetido más días, en lugares aleatorios de las hojas. Sin embargo, en el libro de caja no aparece ningún ejemplo de este tipo de error en mitad de una hoja.
 
De todos modos, admitamos también como posible esta explicación benévola y veamos otro ejemplo.
 
ERROR NÚMERO 3: Se salta los dos últimos apuntes del día
 
Fijémonos en las anotaciones correspondientes al día 13 de febrero de 2004. Aquí, la persona que estaba copiando las hojas se salta los dos últimos apuntes y escribe directamente el total. Luego se percata de que se ha equivocado, tacha el total, añade los dos apuntes que faltaban y vuelve a escribir el total.
 

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En este caso, la explicación benévola es bastante más difícil, porque el total tachado coincide exactamente con el total que al final se incluye en la hoja. Si el libro de caja no fuera una falsificación, ¿cómo podría haber anotado el hindú el total correcto antes de anotar los dos apuntes finales?
 
Puestos a ser rebuscados, podríamos tratar de imaginar que el hindú disponía del total correcto del día en la caja registradora y que lo copiaba de ahí, en lugar de sumar los apuntes anotados en la hoja, pero cada vez la explicación benévola va siendo más inverosímil.
 
Pero veamos un último ejemplo todavía más llamativo.
 
ERROR NÚMERO 4: Comienza a copiar de nuevo la hoja anterior
 
En las anotaciones correspondientes a los días 7 y 9 de febrero de 2004 podemos observar cómo, de nuevo, la persona que estaba copiando las hojas se equivoca y empieza a copiar de nuevo en el 9 de febrero la hoja que acababa de terminar de copiar (la del día 7). Después, al darse cuenta del error, tacha los dos apuntes y los sustituye por los correctos.
 
 
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En este caso, difícilmente cabe ya explicación benévola alguna. Ya no estamos hablando de que uno se equivoque y pueda totalizar el día antes de terminar, o de que uno vuelva a anotar tickets que ya había anotado anteriormente en el mismo día, o de que uno empiece las anotaciones del día al final de la hoja del día anterior. En este caso, se copiaron apuntes correspondientes a un día anterior, lo que no es posible a menos que lo que uno esté haciendo sea copiar hojas de un cuaderno a otro.
 
Observe el lector que todos estos errores se producen, precisamente, al final o al principio de una hoja, lo cual encaja con el hecho de que se estuviera copiando hoja a hoja el libro de caja.
 
La confirmación de la hipótesis
 
Como vemos, los errores detectados en el libro de caja apuntan a que se trata de una falsificación y a que el hindú fue copiando varias hojas en otras hojas en blanco. ¿Existiría alguna manera de poder confirmar esta hipótesis, la hipótesis de que las hojas del libro de caja fueron copiadas?
 
Sí que existiría una forma: si lo que le obligaron a hacer al hindú es copiar varias de las hojas del libro de caja original, cabría esperar que en algún punto el hindú hubiera cometido otro tipo de error bastante natural: saltarse uno de los apuntes. Y, examinando el libro de caja, podemos encontrar, en efecto, uno de estos errores:
 

 
Como puede verse en la figura, en la hoja falta el apunte 6, y la suma del día es incorrecta, lo que indica que se han saltado un apunte. La única manera de que este error se produzca es copiando de un libro a otro.
 
Por tanto, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que al menos varias de las hojas del libro de caja incorporado al sumario son copia de otro libro anterior. De donde cabe deducir, lógicamente, que los apuntes pudieron modificarse a voluntad para certificar que en la tienda de aquellos hindúes se habían vendido los teléfonos Trium supuestamente utilizados en las bombas.
 
Si a esto le añadimos los datos expuestos en el enigma anterior, podemos concluir, casi con total certeza, que en la tienda de aquellos hindúes nunca se compraron los 80 teléfonos Trium que nos dijeron, nunca se liberaron los teléfonos Trium que nos dijeron y nunca se vendieron los teléfonos Trium que nos dijeron.
 
Todo era una pura y simple patraña. Pero, de nuevo, las sorpresas sobre el tema de los hindúes no acaban aquí, como tendremos ocasión de comprobar en un próximo artículo.

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