L D (EFE) Tampoco fue el mejor partido del valencianista Aarón Níguez, que jugará cedido en el Xerez. Pero el delantero ha demostrado en Austria, gracias a su desparpajo, velocidad y talento, que tiene un futuro prometedor en la Liga y en la selección española. Desde el primer momento del partido se vio que España era la que llevaba la voz cantante, pero no de la manera en que lo venía haciendo antes de la final; es decir, con la posesión del esférico, sino con balones largos en busca de los delanteros, que casi siempre perdían la lucha con los defensores griegos. Quizá por las notables ausencias de Javi Martínez y Ángel Montoro, los dos medioscentros que venían siendo titulares en el torneo, España no era capaz de crear juego. Ni siquiera Azpilicueta, fuera de su posición, la banda derecha, participaba en las jugadas de ataque. Sólo Aarón creaba cierta sensación de peligro.
Por su parte, Grecia lo tenía claro: esperar a España en el centro del campo y salir a la contra con velocidad. Así llegaron las dos mejores oportunidades del primer tiempo. En la primera, Mitroglou envío alto su disparo cuando lo tenía todo a favor para marcar. En la segunda, Sergio Asenjo ganó el mano a mano a Ninis. Pero el equipo que perdona lo suele pagar y así ocurrió. En una de las faltas cerca de la banda, que hasta entonces habían sido sacadas por Aarón, casi todas a las manos del portero, Daniel Parejo sorprendió a Stratilatis y le coló el balón por el primer palo. El meta heleno miraba al suelo desconsolado.
El gol dio mucha tranquilidad a los jugadores de Juan Santisteban. Tras el descanso, España sufrió quince minutos de ataques constantes de Grecia, pero ninguna jugada llevó gran peligro. En realidad, el peligro era el número de jugadores helenos que llegaban al ataque. En la tarea defensiva destacaron, sobre todo, los centrales Echaide -una de las claves de la sobriedad de esta selección- y Sanjosé -cumplió muy bien en el mediocentro-. Además del meta Sergio Asenjo, quien metió a España en la final tras detener dos penaltis en la tanda frente a Francia y que en esta final ha sido un seguro de vida.
Con la ventaja en el marcador y tras ese momento de cierto sufrimiento, la selección española pasó a controlar el partido de la mano de Parejo. No creó peligro en casi toda la segunda parte, pero tampoco sufrió... salvo al final. Los helenos, en el último esfuerzo, gozaron de dos ocasiones para empatar, pero un disparo desde fuera del área lo despejó bien Asenjo y, en el consiguiente córner, Mitroglou no acertó a rematar de cabeza un balón franco. España tuvo la ocasión de sentenciar el partido y poner el broche de oro en la última jugada, pero la gran jugada de Carletes, que se fue en velocidad y cedió el balón a Zamora para que marcara, fue desbaratada por Stratilatis, que realizó una gran parada.
Ficha técnica del partido
España, 1: Sergio Asenjo; Díaz, Echaide, Pablo Gil, Cantero; Coto (Zamora, m.64), Azpilicueta, Sanjosé, Parejo (Berrocal, m.81); Aarón y Emilio Nsue (Carletes, m.64)
Grecia, 0: Stratilatis; Boukouvalas, Siakas, Apostolopoulos, Moniakis; Lampropoulos (Koutsianikoulis, m.76), Dimoutsos (Siovas, m.48), Papadopoulos, Ioannidis; Ninis (Papazoglou, m.51) y Mitroglou
Gol: 1-0, m.38: Parejo, de falta directa
Árbitro: Claudio Circhetta (Suiza). Mostró tarjeta amarilla a Dimoutsos (m.4), Boukouvalas (m.30) y Moniakis (m.76), por parte de Grecia; y a Parejo (m.33), Sergio Asenjo (m.92) y Berrocal (m.93), por España
Incidencias: Final del Campeonato de Europa sub'19 disputado en el Linzer Stadion de la localidad de Linz (Austria). En el palco estuvieron, entre otros, el presidente de la UEFA, Michel Platini, y el de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar