L D (Europa Press) Lituana aterrizó en Madrid con la intención de repetir el éxito de 1994, cuando la selección entonces comandada por Sarunas Jasikevicius, alcanzó su primer Europeo de la categoría. Trece años después, el equipo, ahora liderado por el también base Janavicius, se plantó en el segundo choque de la segunda fase invicto y en condiciones objetivas de alcanzar una presea en la capital española.
Por su parte, la selección anfitriona, necesitaba imperiosamente de un triunfo para mantener intactas sus opciones de medalla. Esa circunstancia incidió en el arranque español, muy errático en ataque e incapaz de frenar el lanzamiento exterior lituano. Especialmente el de Lipkevicius, quien con tres triples casi consecutivos, disparó a su selección en el marcador (10-19, m.6). España, que hasta el partido de este miércoles promediaba casi más de 10 puntos por partido que Lituania, se atrancó en el guarismo 10, hasta la irrupción de Ricky Rubio. El verdinegro, más letal desde el 6,25 que de costumbre, ejecutó dos triples y un '2+1', para casi igualar la contienda antes del término del primer parcial (17-19).
Con los grandes penetrando, como si de bases se tratase, y con los exteriores 'martilleando' desde fuera, Lituania sumía a España en una nueva laguna de juego (25-31, min.16). Sin embargo, a medida que el partido avanzaba, todo se calmaba, también lo hizo el acierto en el tiro de los lituanos. De la Fuente, saliendo desde el banquillo nuevamente y con 10 puntos en el segundo cuarto, se asoció con el omnipresente Rabaseda -canterano del Barcelona- para colocar a España por delante en el marcador (33-31, m.26), por primera vez en el encuentro, que a pesar de estar encuadrado en una fase de grupo, era prácticamente una eliminatoria de octavos de final.
La segunda mitad se inició casi empatada (45-43) y en un ambiente enrarecido, con cuentas pendientes entre jugadores de ambas selecciones, como por ejemplo la de De la Fuente y Motiejunas, que fue cortado por los árbitros con una personal antideportiva para el lituano, o la de Aguilar con Buterlevicius, más preocupado en provocar a la grada del Telefónica Arena que en la dinámica del partido. La dureza defensiva de los bálticos, excesiva en la segunda mitad y acompañada de una permisividad notable de los árbitros, no impidió a España impulsarse un poco más en el marcador, concretamente hasta los 12 puntos de diferencia (min.28). Los puntales de la selección, Rubio en la dirección -con triple incluido- y Aguilar, como falso pívot, -8 puntos en el tercer cuarto-, fueron vitales en consolidar un colchón que era de más de 10 puntos al inicio del cuarto definitivo.
Entonces, España se aturulló, cayó en las emboscadas lituanas, para perder a tres jugadores (De la Fuente, Tomas y Aguilar) en un par de minutos y, sobre todo, desperdiciar una renta de 13 puntos que neutralizó la ventaja en el marcador (77-77, m.37). En esos márgenes tan estrechos, la figura española, Rubio (33 puntos y 4/6 en triples), ejerció de maestro, consiguiendo la canasta decisiva en una extraordinaria penetración que valió un sufrido triunfo a la selección española.