LD (EFE) Soldados de la dictadura militar que gobierna Birmania han decidido implementar fuertes dispositivos de seguridad en las calles de Rangún y de otras ciudades principales del país, para hacer frente al cuarto día consecutivo de manifestaciones opositoras.
El despliegue de efectivos de las fuerzas seguridad fue redoblado después de que por tercer día consecutivo varias decenas de activistas se manifestarán en Rangún. El pasado 15 de agosto, la Junta Militar dobló el precio de los combustible y del gas natural, que es una de las principales exportaciones de Birmania a los países vecinos.
En declaraciones a radio DVB, medio de comunicación que la disidencia birmana gestiona desde el exilio, uno de los líderes de las manifestaciones ha dicho que "numerosos camiones cargados de soldados armados fueron estacionados en puntos de la ciudad". Sin embargo y desde el anonimato, dijo que "creemos que hay mucha gente dispuesta a participar en próximas manifestaciones, entre ellas bonzos y colegiales". Las protestas callejeras, que hasta el momento han sido todas disueltas por paramilitares de la Asociación para Solidaridad y la Unión Nacional, vinculada a la Junta Militar, comenzaron el pasado martes, y se han extendido ya a otras ciudades de país.
En la localidad de Yenang Chaung, de la división de Magwe, en la región central del país, cerca de sesenta personas marcharon por las calles el jueves para denunciar el alza de precios de los artículos básicos desde que el Gobierno militar elevó el de los carburantes. Al menos 30 destacados activistas han sido detenidos por organizar o participar en las manifestaciones a las que se han unido los seguidores de la Liga Nacional por la Democracia (LND), la formación opositora encabezada por la Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, en cautividad desde mediados de 2003.